Desde su pequeña tienda de Bilbao, Internet ha permitido a Henry Arroway posicionarse internacionalmente y mejorar sus ventas hasta en un 35% anualmente. Todo un ejemplo de cómo la digitalización es accesible a las micropymes que ya se puede consultar en el Banco de Casos Prácticos de Innobasque
Para muchas micropymes asomarse a Internet es un esfuerzo con pocas garantías de éxito. Unas veces falta capital o tiempo (o las dos cosas); otras, lo que no se tiene es formación o asesoramiento. La brecha digital entre ellas y sus competidoras de mayor tamaño las desanima y, con ello, se acrecienta. Para ellas, el de Henry Arroway es un ejemplo de cómo la digitalización puede dar un vuelco a la actividad y resultados de la empresa hasta convertir las ventas online en su mayor fuente de ingresos, pero también de que es un viraje perfectamente posible para una firma de tan sólo diez empleados y de que existen programas institucionales que ayudan a afrontar este reto a cualquier negocio.
Por el nombre, este comercio dedicado al diseño, confección y comercialización de prendas de abrigo podría parecer el del protagonista de la bilbainada, de aquel inglés que vino a Bilbao. Pero más bien es todo lo contrario; aquí la voz cantante la lleva una firma de esas que los bilbaínos dicen de ‘toda la vida’ que si lleva nombre inglés es porque decidió ampliar internacionalmente su red de ventas. En 1995, más de dos décadas después de que Enrique Arroyabe abriera su primer negocio, sus hijos se incorporan a la gestión e inician el posicionamiento fuera del mercado español. Un giro estratégico que se inicia con la adaptación del nombre, un ‘seudónimo’ que aúna la experiencia de la primera generación con las ganas de comerse el mundo de la segunda.
Por entonces el comercio electrónico era más una promesa que una realidad, pero poco a poco fue ganando entidad hasta transformar radicalmente los hábitos de compra. Algo especialmente visible en el sector de la moda. Por eso, en 2018 la firma decide incrementar su presencia en la red y convertir la digitalización en el pilar de su futuro. Un pilar que desde aquel año mejoró las ventas entre un 35% y un 40% anual y que cuenta con dos ramales: su propio ‘ecommerce’ y los ‘marketplaces’.
Los primeros cambios llegaron a la propia página web, que fue totalmente reestructurada para hacerla más intuitiva y tentadora para los potenciales compradores que la visitaran. Un diseño que además se ha ido revisando y actualizando; hace apenas unos días la firma presentaba una nueva versión que ofrece una estética aún más limpia y permite al cliente acceder a información (fichas e imágenes) más detallada de cada prenda. Además, para mejorar la experiencia de usuario, su diseño ‘responsive’ permite que se visualice en cualquier dispositivo sea cual sea el tamaño de la pantalla. Al mismo tiempo, los Arroyabe iniciaron la introducción de la marca en plataformas de comercio electrónico multimarca, tanto minoristas (como Zalando o El Corte Inglés) como mayoristas (JOOR).
Esta apuesta por los nuevos canales de venta se refuerza a través de innovadoras estrategias de comunicación que, en manos de los profesionales adecuados, prestan una especial atención a la creación de contenidos digitales y a la visibilidad en las redes sociales. Y, naturalmente, la tecnología cambia también la manera de hacer inventario. Ahora toca hacer seguimiento de la efectividad de cada una de las acciones que se emprenden, por lo que todo se monitoriza y cada dato generado por el negocio es analizado.
A lo largo de todo este proceso la compañía ha participado en varios programas públicos de impulso al emprendimiento, la innovación y la digitalización como ‘Bizkaia creativa’, ‘Reactivación inteligente’, ‘Chequeos tecnológicos’ o ‘Hazitek’.