Osakidetza y el Instituto Vasco de Medicina Legal van a colaborar para llevar a cabo un estudio genético que ayude a determinar posibles factores de riesgo en familiares de personas fallecidas por muerte súbita.
El convenio firmado establece que “a todos los familiares que lo deseen se les realizará un estudio cardiológico completo; además, se contemplará la posibilidad de realizar otras pruebas como Holter, resonancia magnética, o pruebas de esfuerzo”, a criterio de los cardiólogos, “según la sospecha clínica inicial sobre la patología cardíaca responsable de la muerte súbita”. Además, el acuerdo recoge la realización de un “detallado árbol familiar” en el que se incluirán hasta tres generaciones.
La muerte súbita es una tipología de muerte natural, inesperada en el tiempo y en la forma en la que se presenta, con un límite temporal de una hora entre el inicio de los síntomas y el fallecimiento. Engloba también las muertes no presenciadas, o que ocurren durante el sueño, cuando estas personas habían sido vistas en buen estado de salud en las horas previas a su fallecimiento, y también casos de parada cardiorrespiratoria que son reanimados y evolucionan hacia la muerte cerebral.
El documento explica que “son enfermedades imposibles de diagnosticar con los estudios necrópsicos habituales. El estudio clínico en cascada a familiares de primer grado, así como la genética en el probando, podría permitir la identificación de la causa”. El estudio genético de familiares directos permitiría también identificar “a un número importante de efectos sobre los que incidir con tratamientos y recomendaciones adecuadas, y evitar nuevos eventos cardiovasculares en el futuro”.