El joven acusado de abusar sexualmente de una amiga de la infancia tras haber bebido y pasado la noche de fiesta en Zarautz ha sido finalmente condenado a cuatro años de cárcel por la Audiencia de Gipuzkoa. Asimismo, el tribunal también ha impuesto al procesado cinco años de libertad vigilada una vez que sea excarcelado y una orden de alejamiento y la prohibición de comunicarse con la víctima durante otros tantos años. Además, tendrá compensar a la joven con 3.000 euros.
Según el relato de la víctima, los hechos sucedieron una noche en la que el inculpado le ofreció quedarse en casa de sus padres a dormir porque ella había bebido y no quería coger el coche para regresar a su domicilio en esas circunstancias, sin que en ningún momento quedara «sobreentendido» que iban a mantener relaciones sexuales.
Cuando ya se encontraban ambos en la cama, él le tocó la vagina y ella le dijo: «¡qué haces, quita!, una situación ante la que no abandonó el domicilio porque estaba «a oscuras» y se encontraba «desubicada». Según ha explicado la joven, en ese contexto se «bloqueó», se «paralizó» por el «pánico» y se quedó «quieta», sin gritar ni marcharse y sin saber «como reaccionar», a pesar de que el chico no había empleado violencia en ningún momento, y no llegó a gritar aún sabiendo que los padres del encausado estaban en la vivienda.
La víctima ha relatado que, en este contexto, el hombre la colocó encima de él, mientras ella seguía paralizada, y la penetró durante unos «segundos» aunque sin poder precisar cuántos, tras lo empezó a llorar y él le dijo: «Tía no me jodas, no me llores» y encendió la luz, momento en el que consiguió «ubicarse y visualizar» sus cosas antes de abandonar el lugar.