“Uno de los grandes retos de AVL en la movilidad del futuro es la conducción autónoma“

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PRUEBA

AVL es una multinacional de origen austriaco enrolada en el sector de la automoción que acaba de implantarse en Euskadi como consecuencia del trabajo de Invest in The Basque Country, el área impulsada desde Grupo SPRI para la atracción de inversión extranjera. La empresa tiene su central para Iberica en Valladolid y cuenta con oficinas en Madrid y Barcelona, y desde ahora también ofrece sus servicios desde el Parque Tecnológico y Científico de Gipuzkoa. La elección de este Territorio no ha sido casual, pues esta comunidad aspira a convertirse en uno de los polos de la nueva movilidad inteligente y sostenible más importantes de Europa. Ámbito donde esta consultora confía en desarrollar proyectos de Ingeniería para consolidar esta realidad imparable, advierte Ander López de Sabando, Responsable de Desarrollo de Negocio de AVL en Euskadi.

¿Cuál es el contexto histórico de AVL?

AVL es una empresa de origen austriaco y con carácter internacional que actualmente cuenta con más de 10.000 empleados en sus 45 filiales repartidas por todo el mundo. Es una empresa familiar fundada en 1948 por el padre del actual director general. En sus inicios, la empresa empezó con actividades de ingeniería en motores diésel, principalmente enfocadas en la investigación. Para diseñar un motor, es imprescindible contar con unos medios de ensayo que permitan facilitar datos que confirmen que el desarrollo es correcto. Otro punto clave son las herramientas de simulación en dinámica de fluidos, vibraciones, etc.

Si consideramos estos tres aspectos mencionados, obtenemos nuestras tres áreas de negocio: servicios de ingeniería, sistemas de instrumentación y herramientas de simulación.

Desde un punto de vista de mercado, ¿en qué se traducen esas líneas de actuación?

Aportamos soluciones pioneras y proporcionamos entornos de desarrollo completos e integrados, sistemas de ensayo y medida, así como los más modernos métodos de simulación. Somos la mayor empresa independiente del mundo dedicada al desarrollo, simulación, ensayo e integración en la industria automotriz, además de cubrir otros sectores de movilidad.

¿Y qué tipo de perfiles encajan en esta filosofía?

Podemos ofrecer las mejores soluciones como socio idóneo para acompañar tanto a los fabricantes como a los nuevos actores del mercado en su camino hacia una mejora sostenible de sus resultados: reducción de las emisiones CO2, grupos motopropulsores electrificados, todo tipo de híbridos, pilas de combustible, sistemas ADAS y conducción autónoma y la final integración de todos los sistemas en el vehículo. Ofrecemos apoyo durante todo el proceso de desarrollo, desde la fase conceptual hasta la producción.

¿En qué contexto surge la apuesta concreta para la movilidad?

La apuesta por la movilidad como concepto global se entiende como un paso natural por nuestra parte para poder complementar el amplio conocimiento dentro de los sistemas de propulsión. Los grandes objetivos de descarbonización planteados por la Unión Europea implican entre otros frentes tener un conocimiento global del vehículo para entender el impacto de la reducción de las emisiones de CO2, de ahí la apuesta de la empresa en este ámbito para ofrecer un servicio integral a sus clientes. A nivel de Euskadi, esta apuesta concreta por la movilidad va muy ligada a ofrecer servicios eficientes de verificación y validación en este ámbito. El reto tecnológico cada vez es mayor, pero el tiempo de desarrollo tiende a ser menor; siendo necesaria eficiencia en toda la cadena de desarrollo y validación.

¿Por qué les convenció Euskadi, y en concreto el Parque Tecnológico de Gipuzkoa, para instalarse aquí?

Históricamente Euskadi es un territorio con una gran presencia industrial y con un fuerte vínculo con en el sector de la Automoción. Existe una gran masa de empresas o proveedores auxiliares que fabrican componentes para los OEM, y este punto ha tenido peso a la hora de tomar la decisión.  De forma adicional, también vemos que en el territorio se están dando pasos para cumplir con los objetivos de descarbonización definidos por la Unión Europea. Estos objetivos ambiciosos están empezando a tener un impacto directo en lo que hoy en día entendemos como movilidad, generando un cambio en la forma de entender la misma. En este sentido vemos la movilidad del presente y futuro con una clara tendencia hacia la electrificación, empezando a tomar un rol más importante la conectividad del vehículo en todos los ámbitos, y avanzando hacia una conducción más autónoma e inteligente.

¿Qué les aporta el Parque Tecnológico de Miramón?

La decisión de establecernos en este lugar se basa principalmente en el carácter tecnológico de su ecosistema. Creemos que estar en un entorno tecnológico-empresarial como el que ofrece el PCTG nos va a ayudar a asentarnos en la fase inicial para poder ir creciendo poco a poco. No obstante, hemos dudado mucho entre las tres provincias, porque cualquiera de ellas es una localización excelente.

Por lo que conocen y han analizado, ¿Euskadi y las empresas más cercanas al campo de la movilidad, están a la altura de lo que se espera de ellas?

Por el contacto que hemos mantenido con varias de ellas creemos que sí. Antes de realizar la apuesta por establecernos en Euskadi, tuvimos contactos con bastantes empresas locales que de una manera u otra mostraron su preocupación por la tendencia que veían de que iba a haber hacia la electrificación en el sector de la automoción. Con algunas de ellas hemos podido trabajar en estos últimos años y creemos que se han ido posicionando y adaptando al mercado de una manera correcta. Desde un punto de vista del territorio, estamos viendo que existen iniciativas tractoras que de una manera u otra quieren apostar por esa descarbonización, bien sea por iniciativas de consorcios empresariales o por iniciativas que tienen un mayor apoyo de las diputaciones y del gobierno.

¿Cuál es la hoja de ruta de AVL en Euskadi?

Nuestra hoja de ruta va muy ligada a la visión que tenemos de la movilidad inteligente y conectada, que hemos comentado previamente. Los distintos actores de la movilidad del futuro (coche, motocicleta, autobús…) tendrán una base en la que el motor eléctrico cobrará cada vez más importancia. Tanto de una forma independiente, como de apoyo al motor de combustión tradicional. El vehículo hasta ahora ha sido un actor muy independiente que apenas ha interaccionado con el ecosistema. La digitalización que hemos visto estos últimos años nos va a permitir dar mayores pasos en la conectividad, tanto de vehículo con la infraestructura, como de vehículo a vehículo. Esa conectividad va a ser importante para seguir creciendo en unos de los grandes retos de la movilidad del futuro, la conducción autónoma. Estos tres frentes (electrificación, conectividad y conducción autónoma) suponen un gran reto tecnológico sobre el cual queremos plantear nuestra hoja de ruta en Euskadi.

Movilidad, conducción autónoma, electrificación… ¿Cuándo diría que podríamos ver en Euskadi a un coche autónomo, sin conductor?

En el ámbito tecnológico es difícil predecir qué es lo que va a pasar de aquí a unos años vista. Podemos tomar como ejemplo el cambio disruptivo visto en el sector de la telefonía móvil estos últimos años. Hasta hace no mucho los dispositivos móviles solamente nos permitían realizar llamadas, mientras que hoy en día el concepto de smartphone nos permite tener una conectividad completa. En el ámbito de la movilidad podemos estar cerca de una fase de transición muy parecida. Hasta hace poco el conductor era el actor principal a la hora de manejar el vehículo, apenas teniendo ayudas de manera activa durante la conducción. Con el avance tecnológico, hoy en día el vehículo es capaz de mantener por sí mismo la velocidad en distintas condiciones, reconocer los límites de velocidad de la vía, indicar al conductor un cambio de carril no contemplado y realizar una pequeña corrección; pero todavía sin poder tener un control completo sobre la trayectoria.

¿En una década lo ve factible?

De aquí a diez años habremos avanzado mucho en tener un mayor control sobre la funcionalidad autónoma del vehículo, teniendo cada vez mayores ayudas a la conducción y estando más cerca de la conducción plenamente autónoma en condiciones controladas. No obstante, el estar más o menos cerca de poder ver en Euskadi un coche autónomo sin conductor vendrá muy ligado a ese avance tecnológico, pero también a un avance legislativo en materia de movilidad y de adopción de la tecnología por parte de la sociedad.