La Universidad EUNEIZ ofrece desde septiembre en Vitoria-Gasteiz un Grado en Producción Musical y Sonido para la Industria del Entretenimiento que prepara a los alumnos para liderar los retos tecnológicos que están revolucionando los espectáculos en vivo, la industria discográfica y la música para la imagen
Ocurre cada año en Estados Unidos durante el Super Domingo. Una retransmisión en vivo acapara índices de audiencia imposibles de superar. ¿El récord? La actuación de Lady Gaga en 2017, con más de 150 millones de espectadores en diversas plataformas. Considerado como el evento musical más visto en la historia de Estados Unidos, hablamos de los apenas 15 minutos del intermedio de la Superbowl.
Y es que la final del campeonato de la Liga Nacional de Fútbol (NFL) – el principal campeonato profesional de fútbol americano- en el que se enfrentan los vencedores de la Conferencia Nacional (NFC) y de la Conferencia Americana (AFC), se convierte en un acontecimiento de repercusión mundial, tanto por su interés deportivo, como por su impacto musical. De hecho, conocer los nombres de quiénes actuarán en ese halftime show es casi tan importante como saber qué equipos jugarán el crucial partido. Madona, Aerosmith, Katy Perry, Marroon 5, Bruce Springsteen, U2 o Diana Ross son algunos ejemplos de artistas que dejaron su sello en ese singular evento.
Si bien cuando comenzó en 1967, ese espacio estaba reservado exclusivamente para grupos musicales locales, desde hace varias décadas todos los participantes han sido superestrellas internacionales. Probablemente, Michael Jackson marcó en 1993 el punto de inflexión, cuando fue contratado por la NBC -canal encargado de la retransmisión- y disparó la audiencia a 100 millones de espectadores en apenas 13 minutos. Desde entonces, no se han parado de incrementar los vínculos entre la tecnología y las retransmisiones en vivo.
Los avances tecnológicos han supuesto un revulsivo sin precedentes para innovar todos los aspectos que rodean a los espectáculos de música en vivo. El impacto digital no ha sido exclusivo para la música o el sonido, sino también para la escenografía y, en consecuencia, para las audiencias. En 2020, Jenifer López y Shakira, por ejemplo, contaron con 12 millones de dólares para el acondicionamiento acústico y de tecnología, la escenografía, los vestuarios y los costes derivados. Este año 2022 participaron Dr. Dre, Snoop Dogg, Mary J. Blige, 50 Cent, Kendrick Lamar y Eminem, con un presupuesto de 17 millones de dólares para la producción del espectáculo.
¿De qué manera influye la tecnología en la producción y difusión de la música? ¿Cómo se pueden integrar música, sonido, espectáculo, tecnología y audiencias? A estas preguntas, y muchas más, obtendrás respuesta en el Grado en Producción Musical y Sonido para la Industria del Entretenimiento que, desde el próximo mes de septiembre, impartirá la Universidad EUNEIZ en Vitoria-Gasteiz. Una titulación de cuatro años de duración y 240 créditos que forma a los alumnos tanto en perfiles de producción, como técnicos y artísticos, proporcionándoles las herramientas necesarias para liderar los retos tecnológicos que están revolucionando los espectáculos en vivo, la industria discográfica y la música para la imagen.
Más audiencias, más ingresos
Si la Superbowl es el paradigma de transformación de los espectáculos en vivo, encontramos también ejemplos importantes para analizar la evolución que ha experimentado la música grabada de la mano del entorno digital. Los premios Grammys, por ejemplo, son el escenario que celebra el trabajo artístico de músicos, cantantes, compositores, productores y tecnólogos. Los Grammys reflejan la mejor música grabada de nuestra cultura, pero también cómo se ha ido adaptando a las nuevas oportunidades tecnológicas en este terreno; incluyendo con el paso del tiempo novedosas categorías en los galardones para reconocer la excelencia artística y técnica. Actualmente existen noventa, que distinguen a cada persona o grupo en función del género o características de la música asociada a la industria musical, divididas en categorías específicas, categorías especiales y categorías generales. Con ingresos publicitarios millonarios, audiencias elevadísimas e impacto récord en redes sociales, los artistas que asistieron el año pasado vieron aumentar solo en EE.UU un 328 % las ventas de sus canciones apenas un día después del espectáculo. Además, sus obras y sus versiones originales se reprodujeron más de 9,3 millones de veces.
¿Y dónde encontramos una referencia para ver la evolución de la música para la imagen? Sin duda, en los Oscar. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas comenzó a destacar las bandas sonoras de películas en la séptima edición de los Premios de la Academia, en 1935, acreditando la importancia de la música y el sonido para amplificar la narración cinematográfica. La categoría se llamaba originalmente “Mejor orquestación”. En ese momento, los ganadores y nominados fueron una mezcla de la banda sonora original y adaptaciones de material existente. En 1938, Charles Previn obtuvo un controvertido triunfo con “One Hundred Men and a Girl”, una película sin un compositor conocido que presenta música clásica preexistente, por lo que la Academia decidió agregar en 1939 la categoría “Mejor banda sonora original”. En 1942, la denominación de ambas categorías cambió ligeramente, ya que pasaron a llamarse “Mejor banda sonora de una película dramática” y “Mejor orquestación para una película musical”. Además, el Premio de la Academia a la “Mejor Canción Original” reconoce aquellas canciones escritas específicamente para la banda sonora de una película. Las canciones que son nominadas para el Óscar son interpretadas durante la entrega de premios, pero los intérpretes no ganan el premio a menos que hayan contribuido en la musicalización, escritura o ambas.
¿Dónde podrás adquirir los conocimientos para manejar las distintas herramientas que entran en juego en cada una de las categorías analizadas? En el Grado de Producción Musical y Sonido para la Industria del Entretenimientos verás materias sobre la tecnología, formación auditiva, análisis y creación. En este conjunto de asignaturas obtendrás la formación necesaria para alcanzar las competencias relativas a la tecnología para la producción de música y sonido: Tecnología Audiovisual, Laboratorio de creación de sonido o Composición avanzada, entre otras muchas. Estas materias se relacionan directamente la tecnología con la música, el sonido, la comunicación y la difusión de espectáculos.
También será importante conocer y poner en práctica las técnicas y los medios tecnológicos necesarios para profundizar sobre la exhibición de distintos espectáculos. Para esta vía de conocimiento, estudiarás materias que cubren los aspectos relativos a la mezcla, el diseño y las técnicas avanzadas de grabación y producción con el fin de dar soporte al desarrollo de proyectos colectivos y personales. Orquestación MIDI, Mezcla y Masterización, Producción de la Música electrónica y Proyecto Multimedia Interactivo son algunas de esas materias.
Conoce más en www.euneiz.com