El volumen de deuda pública continúa su escalada y vuelve a batir un récord, aunque modera su ritmo de crecimiento. En junio alcanzó los 1,47 billones de euros, la cota más alta jamás registrada. Pero no son todos datos negativos. La cifra adelantada que publica este miércoles el Banco de España supone una desaceleración en el ritmo de crecimiento interanual: el pasivo de las administraciones creció un 3,6% en comparación con el mismo mes del año anterior, la tasa más baja desde que estalló la pandemia en marzo de 2020. Si se considera la ratio de deuda sobre el PIB, la tendencia también es a la baja: un 116,8% del PIB nominal de los últimos cuatro trimestres (1,26 billones), el porcentaje más bajo desde el tercer trimestre de 2020.
Aunque es cierto que la deuda pública ha experimentado un vertiginoso repunte a causa de la pandemia, ya se situaba en niveles elevados antes de la emergencia sanitaria. Las administraciones habían empezado a engrosar sus números rojos a raíz del crac financiero de 2008, y la sucesiva crisis de la deuda disparó la ratio de pasivo sobre el PIB por encima del 100%. Solo a partir de 2018 la tendencia comenzó a revertirse, pero llegó la covid y la frenó en seco: la caída de la actividad y la explosión del gasto empujaron otra vez al alza la tasa de deuda, que en 2020 creció al ritmo más rápido desde los años cuarenta y alcanzó máximos históricos en cifras absolutas.