Casi nadie puede imaginar que un motor de combustión interna funcione sin utilizar aceite de motor. Esto no es sorprendente, ya que su función principal es proteger las partes que están sometidas a una fricción constante. Sin aceite, el motor de un coche sufriría daños irreparables en cuestión de minutos. Además de lubricar las piezas, el fluido también es responsable de ayudar a evitar la corrosión del metal y actúa como una especie de capa protectora. Por último, pero no menos importante, la finalidad del aceite de motor es su capacidad para distribuir adecuadamente el calor a través del motor, que se genera en el proceso de fricción de las piezas. En este material repasaremos brevemente la clasificación de los aceites de motor y responderemos a la pregunta que preocupa a todo automovilista, a saber: «¿Con qué frecuencia debo cambiar el aceite del motor?».
La clasificación básica de los aceites de motor.
¿Por qué hay que llenar cada motor con un aceite determinado y no con cualquier aceite que se vea? Es sencillo, cada coche tiene sus propios requisitos para elegir este producto. Los aceites difieren en composición, viscosidad e incluso en las temperaturas máximas y mínimas de uso. En consecuencia, cada motor necesita un aceite que se adapte a él. Así pues, entendamos qué tipos de aceites existen en la realidad actual.
- El primer tipo se llama «sintético». La ventaja de esta variante es su capacidad para hacer frente a diversas condiciones de temperatura. Así, en el calor, el tipo sintético no pierde su funcionalidad, y en un invierno frío no se espesa. Sin embargo, esta ventaja sigue teniendo una limitación impuesta por el fabricante: un aceite sintético sólo puede soportar el rango de temperaturas descrito en su etiqueta. Además, este tipo de aceite cumple bien sus principales funciones. En concreto, protege el motor de los depósitos de lodo, así como limpia las superficies internas del motor de la contaminación. Cabe destacar que este tipo de aceite se crea exclusivamente mediante reacciones químicas. Por eso se llama aceite sintético. Otra ventaja de este tipo de aceite es su capacidad para reducir la fricción y, en consecuencia, el consumo de combustible.
- La segunda versión son los «aceites semisintéticos». Se basa en un componente de aceite mineral, al que se añaden aditivos sintéticos para aumentar el rendimiento del aceite. Esta variante cubre todas las funciones que hemos mencionado anteriormente y se acerca casi por completo en sus propiedades a la variante sintética. Además de poder hacer frente a diferentes temperaturas, este tipo de aceite permite proteger el motor contra la oxidación. Este tipo se elige para los vehículos que están diseñados para una conducción constante en el tráfico urbano, así como para los que se utilizan para la conducción a alta velocidad.
- El tercer tipo es el aceite mineral. Desgraciadamente, incluso las versiones actuales de este tipo pierden con respecto a las dos primeras en términos de rendimiento. En primer lugar, son sensibles al frío. Además, su componente mineral es capaz de dejar depósitos en el motor en lugar de limpiarlo. De este modo, los conductos de aceite se contaminan, lo que provoca fallos de temperatura durante el funcionamiento del motor.
Hay otra clasificación que se refiere específicamente al motor utilizado en su coche. Así, hay aceites adecuados para motores que funcionan con gasolina, diésel, así como aceites para motores de turbina. Y, por supuesto, el tercer tipo de clasificación se refiere a su resistencia a la temperatura. En consecuencia, existen los que se utilizan mejor en verano y los que son más adecuados para su uso en invierno.
¿Con qué frecuencia debo cambiar el aceite del motor?
Hay varias maneras de saber si es el momento de cambiar el aceite. Sin embargo, tienen tanto ventajas como desventajas. Veamos los más populares:
- Para los automovilistas menos expertos, existe un método que se basa en el kilometraje recorrido. Los fabricantes especifican la vida útil del aceite y la tarea del consumidor es cumplirla. Parece que todo es sencillo y claro. Sin embargo, no hay que dejarse guiar totalmente por este indicador, de hecho el fabricante apenas tiene en cuenta todas las variantes de la explotación del coche. Además, el fabricante suele especificar un kilometraje bastante excesivo. En consecuencia, vale la pena prestar atención a la instrucción, pero no es razonable confiar en todo.
- El segundo método es más profesional y consiste en proceder a los términos de la sustitución del aceite no a partir de los kilómetros pasados, y a partir del tiempo de trabajo del motor. Se considera que el cálculo más correcto bajo el indicador dado fluctúa entre 200 y 400 horas de trabajo del motor. Ciertamente, el indicador dado es válido para el transporte de pasajeros y excluye las variantes de movimiento bajo carga máxima. Es decir, hay que orientarse en el funcionamiento estándar del coche sin condiciones extremas.
- La tercera variante de cómo se puede entender el intervalo entre cambios de aceite se refiere a la relación con el consumo de combustible. Este método no es muy popular, aunque el consumo de petróleo y el de combustible se derivan de los mismos factores. Por lo tanto, el combustible y el aceite del coche están relacionados con la cantidad de trabajo realizado.
- El cuarto método consiste en examinar las características químicas del propio aceite, es decir, su número de base y su paquete de aditivos. Se trata de una variante bastante complicada, pero es realmente acertado calcular el consumo de aceite según este criterio.
Y no olvides que, según el combustible, la vida del aceite varía. Así, un motor que funciona con gasolina es capaz de recorrer hasta 10 mil kilómetros sin necesidad de sustituirlo. Un motor diésel, en cambio, puede llegar a recorrer 90.000 km. La única regla que debes seguir siempre es cambiar el aceite cada año. Y no importa si crees que está desgastado o no.
El artículo se ha escrito basándose en fuentes:
Información sobre el aceite del motor – recambioscoches.es
Cómo cambiar el aceite de tu coche – noticias.coches.com
