Una circular difundida por el jefe de la Ertzaintza la pasada semana ordena que «el mero porte o exhibición de armas u objetos potencialmente peligrosos, en un delito leve de amenazas, no lo convierte en un delito grave».
Por lo tanto, este delito no será motivo de arresto por parte de la Ertzaintza a partir de ahora. En su lugar, se puede iniciar un proceso con su correspondiente denuncia, se podría decomisar el arma y el autor podría recibir una multa o sanción.
Sin embargo, la interpretación de si es un delito grave o leve caerá en los agentes. Estos deberán «valorar la gravedad de la amenaza en el momento en el que se produce, las personas que intervienen y los actos anteriores, simultáneos y posteriores». Por ejemplo, en el ámbito de violencia machista sí supondría un delito grave, por lo que la persona que cometiera el delito sería arrestada.
