«Fui torturado y presionado para que firmara mi extradicion»: Alex Saab Moran

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“Nunca me mostró una notificación roja ni una orden de detención, ya que  me empujó fuera del avión sin zapatos y luego le dijo al piloto que  abandonara la isla inmediatamente”. Así describió el empresario Alex  Saab en entrevista con El Espectador de Colombia, el momento de su captura,  el pasado 12 de junio, en Cabo Verde (África), cuando fue aprehendido  con fines de extradición a Estados Unidos. Pero cuando su avión paró en la nación africana  proveniente de Irán, no había una circular roja de Interpol en su  contra, sino que llegó al día siguiente, con Saab ya privado de la  libertad.

Por esta razón, el pasado 15 de  marzo, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de  África Occidental (CEDEAO) declaró que la captura había sido ilegal y  debía cesar el proceso de extradición. No obstante, esa misma semana, el  Tribunal Supremo de Cabo Verde dio luz verde para que lo enviaran a  Estados Unidos. Alex Saab, colombiano de nacimiento, se convirtió en diplomático del gobierno de Venezuela, al punto de colaborar en la compra de alimentos y combustible para un pais inmerso en un bloqueo economico internacional y que por esta razon en el país del norte se le acusa de testaferro de  Maduro. “El presidente Maduro no necesita testaferros, es una persona  íntegra a la que sólo le interesa el bienestar del pueblo de Venezuela”,  contestó Saab en entrevista al diario El Espectador.

Recluido desde el pasado 26 de enero en detención domiciliaria, Alex Saab contestó un cuestionario enviado por El Espectador en  el que, por primera vez desde su captura, se refiere a todos los  señalamientos en su contra, así como a las condiciones en las que está.  Asegura haber sido torturado en Cabo Verde y dice que, de ser enviado a  Estados Unidos, seguramente será torturado de nuevo. “Jamás  proporcionaré voluntariamente información clasificada sobre el gobierno  del presidente Maduro y las relaciones diplomáticas y comerciales de la  República Bolivariana. Por lo tanto, tengo razón al temer por mi  seguridad y cordura”, escribió Saab.

Y agregó: “Desde el primer día de mi secuestro, me torturaron y me  presionaron para que firmara declaraciones voluntarias de extradición y  prestara falso testimonio contra mi gobierno. Después, Cabo Verde me  torturó físicamente tres veces más en la cárcel, además de torturas  psicológicas constantes. Pregunte a cualquiera de los otros prisioneros  que estuvieron allí. Pueden confirmarlo”. Además, dijo temer por su  integridad y la de su familia, que recientemente fue enviada a Rusia.

En los siete meses que duró en prisión en Cabo Verde, su defensa,  encabezada por el exjuez español Baltasar Garzón, denunció varias veces  las condiciones de su reclusión y cómo las mismas estaban afectando la  salud de Alex Saab. “Soy un superviviente de cáncer en tratamiento y, a  pesar de las numerosas peticiones para ser examinado por un oncólogo  especializado (a mi cargo), nunca he recibido respuesta. En la cárcel me  mantenían a oscuras durante 23 horas al día tumbado sobre el cemento.  Perdí parte de la vista, por lo que ahora debo llevar gafas. Se me  prohibió hablar o que alguien me hablara dentro de la prisión”, le dijo  el propio Saab a El Espectador.

Desde finales del año pasado, el abogado Garzón le había contado a este diario que  su cliente perdió cerca de 26 kilos. Aunque ahora Saab está en prisión  domiciliaria, mientras se resuelve su extradición en el tribunal  constitucional de Cabo Verde, él denuncia que vive en una propiedad que  debe pagar, que no le permiten reunirse con su defensa, y describe así  la casa: “rodeada por 50 policías caboverdianos armados que me vigilan  las 24 horas del día y los drones sobrevuelan si me aventuro a salir al  jardín. La policía tiene llaves de la casa y entra a voluntad, por lo  que no tengo privacidad. A mi familia no se le ha permitido visitarme a  pesar de que el tribunal de Barlovento lo autorizó y sólo se me permitió  hacer mi primera llamada telefónica a mi familia cinco meses después de  mi secuestro”.

Desde el día siguiente a la captura, el canciller venezolano Jorge  Arreaza dijo que se trataba de una detención ilegal, pues el colombiano  era, en realidad, un funcionario diplomático de Venezuela. El  Departamento de Estado de Estados Unidos ya dijo que no le reconoce a Alex Saab esa calidad,  pero él mismo insistió en la entrevista con este diario en ese punto de  su defensa: “Tan pronto como Venezuela invocó mi inmunidad en las  primeras horas del 13 de junio de 2020, el primer ministro Ulisses  Correia debería haber ordenado mi liberación, pero no lo hizo, lo que le  convierte en cómplice de este secuestro y demuestra una total falta de  respeto por la CEDEAO, y siglos de derecho internacional consuetudinario  que respeta el movimiento de los diplomáticos”.