DECLARACIÓN
Hoy, 7 de febrero, conmemoramos el 30 Aniversario de la firma del Tratado de la Unión Europea, más conocido como Tratado de Maastricht, que entró en vigor el 1 de noviembre de 1993.
Desde el final de la II Guerra Mundial, la Unión Europa se está construyendo paso a paso y han sido numerosos los Tratados que se han firmado en este proceso de integración.
El Tratado de Maastricht tuvo una relevancia especial porque representó una apuesta por la integración política de Europa, profundizando en la integración económica. Además, reforzó las instituciones comunitarias, dotándolas de más competencias.
Este Tratado supuso el nacimiento de la actual Unión Europea y, desde Euskadi, destacamos cinco aportaciones:
-Uno: sentó las bases de la Unión Económica y Monetaria sobre las que, años después, se alumbraría la moneda única, el euro.
-Dos: formuló, por primera vez de manera expresa, el principio de subsidiariedad.
-Tres: habilitó a las entidades subestatales para participar en las formaciones ministeriales del Consejo.
-Cuatro: creó el Comité de las Regiones, dando lugar a una nueva gobernanza.
-Cinco: instituyó la ciudadanía europea. Ninguna reforma política puede entenderse sin contar con las y los ciudadanos.
Posteriormente verían la luz los Tratados de Niza y de Lisboa.
Hoy la Unión Europea se encuentra inmersa en una reflexión sobre su futuro.
El 9 de mayo de 2021, Día de Europa, se inauguró la “Conferencia sobre el Futuro de Europa”. La sociedad civil y la ciudadanía europea están llamadas a realizar sus contribuciones. También desde Euskadi estamos participando en este proceso.
El contexto de esta reflexión ha cambiado. En estos momentos, 30 años después, constatamos los cambios experimentados tras haber sufrido diversas crisis de carácter financiero, monetario, político o migratorio.
Además, el Reino Unido abandonó la Unión Europea en 2020 y, en marzo de ese mismo año, se declaró una pandemia en la que seguimos inmersos.
En todo caso, tenemos razones para subrayar la fortaleza de nuestras instituciones.
La Unión ha sido capaz de mancomunar deuda por primera vez en su historia. El proyecto Next Generation EU es el mejor exponente de ello.
Este proyecto refleja un compromiso inédito por salir adelante trabajando en común y en una misma dirección.
Nos encontramos ante un cambio de paradigma marcado por las transiciones tecnológico-digital, energético-ecológica y socio-demográfica.
Ante este nuevo escenario, la ciudadanía pide certidumbre y soluciones.
Es hora de profundizar en nuestro lema: Unidos en la diversidad.
Es hora de avanzar en la solidaridad intergeneracional. Así lo reclama la juventud, cuando celebramos el Año Europeo de la Juventud.
Es hora de una Europa más integrada que afronte los nuevos equilibrios geopolíticos.
Es hora de dotar de mayor profundidad a la dimensión económica y social del euro.
Es hora, también, de seguir profundizando en la diversidad que no acaba en los Estados miembros, sino que continúa en su interior. Esta es una realidad y un activo para Europa.
Desde Euskadi abogamos por evolucionar en la nueva gobernanza, superando la regla de la unanimidad y su corolario, el veto.
Abogamos por seguir profundizando en la vía abierta por el Tratado de Maastricht.
Abogamos por el reconocimiento y la participación en la gobernanza de las Regiones y Naciones con competencias legislativas, tal y como proponemos en la Carta RLEG.
Abogamos por profundizar en la dimensión descentralizada de la subsidiariedad que, además, debiera inspirar las futuras cesiones de competencias a la Union desde los Estados.
Euskadi demanda más integración para hacer frente a los retos que Europa afronta: populismos, autoritarismos, cambio climático, crisis migratorias, …
También ante la amenaza que suponen los últimos movimientos geoestratégicos, como la crisis de Ucrania o la crisis energética.
Es necesaria más integración y más democracia.
Euskadi se declara, una vez más, firme defensora del proyecto de integración europeo y de los valores que la inspiran: el respeto a la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad y los derechos humanos, el activo de la diversidad en una Europa construída desde la base de las realidades nacionales que la conforman.
El Tratado de Maastricht al instaurar la Unión Europea supuso una nueva etapa en el proceso de creación de una Unión cada vez más estrecha entre los Pueblos de Europa, tal y como reivindicaron Schuman, Monnet, Aguirre, Irujo o Landaburu.
En este 30 Aniversario del Tratado de la Unión Europea, el Gobierno Vasco reivindica una Unión Europea más justa, equitativa, solidaria y sostenible.