«El lunes empiezo la dieta». Artículo de Serrats

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PRUEBA

«El lunes empiezo la dieta» es probablemente una de las frases más repetidas tanto después de Navidad (tras los «excesos»…) como en las semanas previas a la llegada de la primavera (de cara al verano…). Pero, como siempre os digo, nunca hay una fecha para cuidarse; todos los días hay que hacerlo, porque la salud, nuestra salud, es de todos los días. 

En cualquier caso, más allá de «dietas», vamos a dar una serie de pautas para ayudarnos a comenzar bien en esto de cuidarnos («es que cuesta hacerlo», a las noches es cuándo más, «es que no puedo dejar de comer dulce», etc.) y que nos permitan seguir en el tiempo (esto es muy importante, lo que más, diría yo).

A algunas de ellas no se les da importancia que tienen o no se tienen en cuenta porque parece que son “unas tonterías“ que nos dan vergüenza o que creemos no nos van ayudar… pero, siempre-siempre ayudan.

  • Las buenas pautas empiezan en la lista de la compra: hacer una buena lista y hacer la compra en función de la misma.
    • Para no tener en casa esos alimentos que “nos tientan”, no comprarlos.
    • En caso de que hagamos la compra en supermercados, evitar esos pasillos tentadores.
    • No ir a la compra con hambre.
    • Tener claro que muchas veces compramos para nosotros y no porque «hay que tener» o porque «no vamos a privar a los demás» («tengo que tener por si viene alguien, por los niños…»).
  • Tener organizadas las comidas principales de la semana, que ya sabemos que la «prisa» mata.
  • Realizar de forma regular algo de actividad física. Por ejemplo, caminar tres días a la semana una hora seguida o hacer alguna de las tablas que encontramos en internet o en la tele.
  • Dormir bien. Se ha visto que hay una relación directa (hay múltiples estudios que lo corroboran) entre dormir poco y mal con un aumento del sobrepeso y obesidad, así como con que nos cueste más mantener unas buenas pautas porqué hay más «ansiedad».
  • Comer despacio, masticar bien; ¡qué difícil pero qué importante! Tomar conciencia de las comidas, comer sentados, dedicando un tiempo a ello…
  • Cambiar escenarios. ¿Qué quiero decir con esto? Por ejemplo esta situación es muy típica: «Después de cenar, me siento y me pongo a ver la tele y entonces ¡tengo que comer chocolate!». Recomendación: después de la cena nos tomamos una infusión (no es obligatorio, pero si os gusta siempre ayuda) de Té Rooibos (no tiene teína y ayuda a disminuir las ganas de dulce ) o de regaliz (no los hipertensos) o cualquiera que nos guste; nos lavamos los dientes y, si vamos al sofá y vemos que nos cuesta mantener ese control, pues vamos a levantarnos y hacer otra cosa o a la cama, o nos ponemos a leer, etc. ¡Cambiar el escenario!
  • Anotar (¡y esto es una de las cosas que más nos cuesta hacer!) las cosas positivas que tiene el cuidarse, por qué lo quiero hacer, cómo me siento cuando hago bien las cosas y cuando no tan bien, cuando no lo hago… Y leerlo de vez en cuando para que no se me olvide.
  • Llevar un dietario de mis comidas: puedo anotar lo que voy comiendo en mis días y de esta manera voy a tomar conciencia de mis comidas. Ayuda, ¡de verdad!

Pequeños pasos para conseguir mucho. Y ante cualquier duda que podáis tener, no dudéis en pedir cita con profesionales de la salud.

¡¡¡Salud!!!

Dra. Arantza López-Ocaña

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