El recinto de la Torre Girona fecha de 1860 y era la finca privada de veraneo del banquero y alcalde Manuel Girona. El conjunto consta de una casa de estilo neoclásico y unos jardines románticos, reflejo de los que se realizaban en Europa en aquellos momentos, con un embarcadero y un mirador. Posteriormente, en los años cuarenta del siglo XX se construyó la capilla —que se anexó al edificio—, de un estilo mucho más imponente. Con los años el recinto fue cambiando de usos, y hoy en día es la sede del rectorado de la Univeridad Politécnica de Cataluña (UPC); en la capilla está instalado el superordenador Mare Nostrum.
El encargado de construir la Torre Girona fue el arquitecto Oriol Mestres. Según la profesora de historia de la arquitectura de la UPC, Carolina García, al tiempo que terminaba este edificio de estilo neoclásico también estaba terminando la reforma del Gran Teatre del Liceu, y por este motivo se encuentran paralelismos entre las dos construcciones. En cuanto a la zona ajardinada, llegó a ocupar tres hectáreas, y según el profesor Enric Granell, tiene relación con el parc de la Ciutadella y los jardines de París que hacía el barón Haussmann y que se reprodujeron por toda Europa. Antes de ser la sede de la UPC, el conjunto también fue una escuela de monjas y la sede de la Facultad de Puentes y Caminos.
El tercer elemento de la finca fue la capilla. Se construyó más tarde, hacia los años cuarenta del siglo XX, y según Carolina García, es de estilo fascista, ya que se edificó en el momento en que se construyeron la mayoría de iglesias de L’Eixample. Esta capilla se desacralizó durante los años setenta para poder dedicarla a usos no religiosos. El decreto de desacralización fue una de las últimas reales órdenes que firmó el dictador Francisco Franco antes de morir, en 1975. Así, la capilla pudo convertirse en la sede del aula magna de la UPC y, ahora, en la del supercoputador Mare Nostrum. Se puede visitar gracias a las visitas guiadas que se ofrecen regularmente.