Siete empresas familiares de Gipuzkoa participan en la primera edición del “Programa de Prácticas Empresa Familiar y Talento (PREFYT”) impulsado por Deusto Business School, Fundación Antonio Aranzábal y Rural Kutxa

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PRUEBA

Poder colaborar en la implantación del sistema de información para el control estratégico o en el desarrollo de aplicaciones web para la solución de gestión autónoma de almacenes, permite a los alumnos de formación superior entrar en contacto con la realidad industrial y de servicios de nuestro entorno. Así lo ven estudiantes como Victor Martínez de Lizarduy, de cuarto curso de la doble titulación de ADE e Ingeniería Informática en la Universidad de Deusto, que considera que el Programa de Prácticas Empresa Familiar y Talento (PREFYT) lanzado por Deusto Business School, Fundación Antonio Aranzábal y Rural Kutxa les permite “hacer una inmersión en una empresa familiar de aquí y curtirte”.

Y precisamente a eso, aspiran estos jóvenes “más que hacer algo fácil, hacer algo donde pueda aportar y aprender” indica Gorka Esteban compañero de Victor. Empresas en las que este doble perfil puede aportar mucho, como suscribe Rubén Claveras de la misma titulación, “con nuestro perfil ambivalente aportar a la empresa familiar de aquí.” Al igual que Luca Madina o Beñat Badiola, estudiantes de cuarto de la doble titulación de ADE y Derecho, que consideran esta iniciativa una oportunidad, su compañera Ane Gurruchaga ve que trabajar en una empresa familiar le brinda la posibilidad de “entender la función general de la empresa”. Y en concreto, de “una empresa de aquí”, como subraya Pelayo Pardo, a quien le gustaría acabar trabajando en el territorio.

Cuestiones como estas son las que se han planteado este viernes en el desayuno que se ha celebrado en la Universidad de Deusto con los participantes en el proyecto piloto PREFYT. Rural Kutxa, Fundación Antonio Aranzábal y Deusto Business School, han sido las anfitrionas de esta sesión a la que han acudido tanto los alumnos, como los directivos y tutores participantes. En la misma se han presentado los detalles del programa y su evaluación, al tratarse de un programa con vocación de permanencia.

Sin ninguna duda, esta oportunidad no hubiera sido posible sin la participación de empresas como Algeposa, Calcinor Servicios, I2U, Ibarmia Innovatek, Plastigaur, Salva Industrial y Talleres Agui, que han apostado tanto por abrir las puertas a los estudiantes para que participen en proyectos de futuro, como por dedicar una mayor involucración en su acompañamiento a estos alumnos en su proceso formativo. Más allá de la oportunidad laboral que representa, se ofrece la posibilidad de trabajar en una empresa del territorio, con expectativas de crecimiento y un eventual plan de carrera profesional ambicioso.

Que directivos actuales y futuros se conozcan, interactúen y creen esta simbiosis intergeneracional es condición necesaria para avanzar en el anclaje de talento en el territorio y potenciar la empresa familiar. Este tiempo de conocimiento mutuo permite a los jóvenes interactuar con equipos directivos, proyectarse en iniciativas vivas e ilusionantes y valorar los proyectos del territorio. De la misma forma, da la oportunidad a las empresas de contar con personas preparadas, con empuje y de fuera de sus organizaciones. Este tiempo privilegiado permite observarse y ampliar las posibilidades de encaje. Ello redunda en beneficio de todos: empresas, jóvenes, instituciones y territorio. De eso estamos convencidos las organizaciones promotoras de esta iniciativa, Rural Kutxa, Fundación Antonio Aranzábal y Deusto Business School.