El piso principal, donde vivía el empresario chocolatero, se ha rehabilitado y ha recuperado el esplendor que lucía en 1900. Los visitantes pueden adentrarse en los dormitorios de la familia, donde encontrarán el mobiliario original de Gaspar Homar; pueden disfrutar de la majestuosa chimenea del comedor, y contemplar los libros de contabilidad de Antoni Amatller.
El piso principal de la Casa Amatller, hasta ahora reservado a los historiadores del arte que visitaban la Fundación Instituto Amatller de Arte Hispánico, se puede visitar después de que haya recuperado el esplendor que lucía en 1900. Obra del arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch, los trabajos de rehabilitación han permitido devolver a la planta principal la apariencia de cuando la vivienda estaba ocupada por el empresario chocolatero Antoni Amatller y su hija Teresa.
Gracias a las fotografías conservadas se ha reproducido hasta el más mínimo detalle de la vida del rico comerciante. Según explica Santiago Alcolea, director de la Fundación Instituto Amatller de Arte Hispánico, “hemos procurado, incluso, que la iluminación tenga el nivel que tenía en aquel tiempo y que era doble, porque como la electricidad se iba a menudo, también disponían de iluminación de gas para no tener que ir con velas”.
El despacho es el original e incluso muestra el registro de la compra de la casa en el libro de contabilidad, hace 117 años. El comedor, que con el paso de los años se había convertido en una biblioteca, ha recuperado la majestuosa chimenea que representa el comercio de cacao desde las colonias. De hecho, la simbología está muy presente, como en una langosta que representa la abundancia, o en la entrada de los dormitorios, donde se define a sus habitantes. En el de Antoni Amatller, por ejemplo, una urraca con una bolsa de dinero simboliza el coleccionismo hecho a partir del ahorro. En el interior, los dormitorios mantienen el mobiliario original de Gaspar Homar y las telas se han reproducido con tejidos antiguos.
Una joya de la arquitectura modernista
En cada rincón, el arquitecto Josep Puig i Cadafalch dejó huella. Como afirma Alcolea, “Puig i Cadafalch se manifiesta en la Casa Amatller como interiorista, como decorador y como traductor de los ideales del Renacimiento, como un arquitecto que tiene conocimientos de historia del arte y que, además, es un político nacionalista catalán”. En la inauguración, el alcalde Xavier Trias ha destacado que “el paseo de Gràcia no es solo tiendas, sino que también es cultura y eso nos abre las puertas al mundo y nos hace ser conocidos en todas partes“.