La conservera de pescado Serrats cumple 125 años

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PRUEBA

SerratsLa conservera de origen catalán fue la primera a nivel nacional en comercializar el bonito del norte en frasco de cristal. La conservera de pescado Serrats, de Bermeo, cumple 125 años. Aunque su nombre delata su origen mediterráneo, la marca fundada en 1890 encierra, sin embargo, el intenso aroma y sabor del Cantábrico. Su fundador, José Serrats, decidió un día de aquel año extender las fronteras y abandonar su localidad natal –L’Escala, en Cataluña– en cuyas aguas comenzaba a escasear de manera notable la anchoa. Su olfato empresarial le llevó por aquel entonces hasta la villa marinera, donde decidió instalar su primera fábrica, a pie del muelle.

«Se estableció en una lonja, a escasos cien metros del puerto, y ya le parecía que estaba lejos del mar. Por lo visto, estaba obsesionado con que la anchoa no perdiera su frescura desde que se pescaba hasta que entraba en la fábrica», recuerda Esperanza Serrats, directora de marketing de la centenaria conservera de Bermeo.

Cuentan, sin embargo,que los comienzos de aquel catalán avezado en el puerto vizcaíno no resultaron del todo fáciles. «A la semana de llegar, dijo que se volvía a su pueblo porque no había manera de lidiar con los bermeanos. Además, por aquel entonces hacía un tiempo horroroso, lo que probablemente provocó que se le caldearan más los ánimos», recuerdan entre bromas en la factoría. Lo cierto es que el enfado le duró poco porque «para la segunda generación, algunos miembros de nuestra familia ya se casaron con bermeanos. En casa siempre decimos que Serrats es Bermeo y es aquí donde celebraremos nuestro 125 aniversario», defiende Esperanza. En la trayectoria de la conservera han latido hasta la fecha cinco generaciones «y ya tenemos en camino a la sexta, dispuesta a tomar la riendas del negocio», aseguran. De la lonja que inicialmente alquiló en el puerto y en la que se dedicó a elaborar anchoa en salazón durante los meses que duraba la costera de primavera, José Serrats trasladó años más tarde su «casa» al centro urbano de la localidad, en concreto adonde en la actualidad se sitúa el mercado de abastos municipal.

«El edificio industrial, construido sobre un solar de 2.500 metros cuadrados, constaba de cinco naves y dos alturas. Sin abandonar la antigua fábrica, la firma pasó a ser la única empresa bermeana con dos centros productivos en la misma localidad, siendo además la planta recién construida más importante del sector en el País vasco en su momento», recogen los historiadores Luis Javier Escudero Domínguez y Ernesto López Losa en el libro ‘Las familias de las conservas’. La mala suerte, sin embargo, quiso que las modernas instalaciones se incendiaran en 1965, lo que obligó a toda su plantilla a trasladarse a una lonja próxima propiedad de la familia donde permanecieron hasta 2002, año en el que inauguraron la fábrica actual en el polígono Landabaso de Bermeo. «Las llamas consumieron todos los documentos que guardábamos de la fábrica», lamentan los descendientes de José Serrats.

Innovadores Los Serrats pueden alardear no solo de la calidad de sus productos y el cuidado que ponen en su elaboración artesanal, sino también de su capacidad innovadora. De hecho, la fábrica bermeotarra fue la primera que se lanzó a comercializar su conserva de bonito del norte en bote de cristal a pesar de que al principio costó que aquel ‘invento’ calara entre los consumidores, más acostumbrados a los recipientes tradicionales.

«En Italia ya se vendía en ese tipo de envase, por lo que nos aventuramos a hacer lo propio aquí. La primera partida de botes que enviamos a un restaurante de Burgos nos la devolvieron prácticamente entera. Sólo vendieron uno», apuntan. El anagrama característico de sus latas y estuches, que en los inicios de la marca aparecía como un rudo y serio pescador, ha apagado para siempre el cigarro que sujetaba entre sus labios y «ahora aparece con una sonrisa dibujada», describen en Serrats.

Su catálogo de productos ha ido también diversificándose con los años y en su tienda gourmet la oferta va más allá del género estrella como el bonito del norte y las anchoas del Cantábrico, auténtico pata negra de las conservas. Para más información: www.serrats.com.