El convento de Sant Agustí del barrio del Raval ha celebrado, un año más, el día de Santa Rita. Como es habitual, cientos de feligreses lo han venerado llevándole rosas rojas.
Santa Rita es la patrona de los vendedores ambulantes de flores, y también de las cosas imposibles. Por ello, muchos creyentes aprovechan la ocasión parallevar una rosa bendecida a la santa y pedirle algún deseo. “Existe la creencia, la fe, que lo que pides a santa Rita se hace realidad”, ha explicado Francesc Casañas, rector de la parroquia de Sant Agustí desde hace más de 9 años.
El culto a santa Rita, que fue introducido en la ciudad por los frailes agustinos,reúne año tras año una gran afluencia de público. Por ello, el cura hace la bendición de las rosas cada media hora. “Mi madre ya venía y yo también vengo siempre, desde hace más de 77 años”, explicó Eva María Guerrero, y añadió qué es lo que le pide siempre, a Santa Rita: “Salud, mucha salud para toda la familia. ”
Son muchas las tradiciones que hay alrededor de la santa. Se dice que quien guarda un pétalo bendecido de la flor tiene suerte y dinero durante el resto del año. La tradición también recomienda guardar una moneda, y al cabo de un año, darla a un pobre.
Los orígenes de santa Rita
La leyenda dice que Rita era una mujer que sufría maltrato de su marido. Tras quedarse viuda y perder también a 2 hijos ingresó en un convento. Unos meses antes de su muerte, en pleno invierno, Rita recibió la visita de una familiar suya, que antes de irse le preguntó si quería algo. Rita contestó que quería una rosa del huerto. Y sorprendentemente, al bajar al huerto encontraron una gran rosa abierta. Desde entonces, la rosa se ha convertido en el principal atributo de la santa.
