El Real Alcázar de Sevilla acoge la exposición ‘Expectativa y memoria’, un puente entre las conexiones, los paralelismos y la historia que une a España con Marruecos. La revisión abarca los años iniciales del siglo XX hasta la actualidad, en la que se están disipando las raíces compartidas entre dos culturas tan diferentes y a la vez tan parecidas en lo cotidiano.
La muestra Expectativa y memoria permanecerá visible desde el 29 de mayo hasta el 20 de julio en la sala del Apeadero del Real Alcázar de Sevilla. Ha sido organizada por la Fundación Ankaría y comisariada por Sema D’Acosta, con una fuerte intención de aproximar la memoria de España a la del norte de África, dos culturas que no fueron ajenas, sino que estuvieron continuamente en contacto. Se toma como punto de partida inicial el año 1912, momento en el que se pacta la creación del Protectorado español en Marruecos, lo que tuvo como consecuencia casi medio siglo de intensos contactos. Hacia los 90 la situación cambió, siendo España receptor de ciudadanos marroquíes.
Este trabajo no es una simple recopilación de documentación gráfica e imágenes que relaten los contextos de las diferentes épocas que enmarcan el proyecto, sino que parte de situaciones desapercibidas típicas de la cotidianidad, de miradas amigas a una cultura que se presenta muy alejada, pero con la que compartimos no sólo costumbres, sino también paisajes. La separación territorial entre los dos países es mucho más intensa al marcar también la frontera entre dos continentes, incrementando la diferencia entre culturas, religiones e incluso alfabetos. Expectativa y memoria rescata o nos permite recordar muchas de las costumbres y avances que aprendió el mundo hispánico del musulmán.
Observado desde la visión contemporánea, la Fundación Ankaria propone la presencia de los fotógrafos José Ortiz Echagüe (Guadalajara, 1886 – Madrid, 1980) y Bartolomé Ros (Cartagena, 1906 – Madrid, 1974), ambos fundamentales para trazar un discurso en torno a la historia del norte de África, ya que centran sus instantáneas en las personas y en los rasgos humanos, siendo este método el ingrediente esencial para narrar la construcción identitaria de un territorio y su presencia en la actualidad.
Fundación Ankaria. Sala del Apeadero del Real Alcázar de Sevilla.