La gran ventaja competitiva de las empresas y servicios de PRL es, según PrevenControl, incorporar el desempeño medioambiental y socialmente responsable como un valor estratégico de negocio, superando un desarrollo guiado por criterios meramente productivos o de rendimiento económico, para potenciar un escenario de análisis de actores y de aspectos relevantes para su desarrollo sostenible.
El origen del planteamiento de sostenibilidad económica-social-ambiental de las empresas podría situarse en la década de 1970, cuando se demostró científicamente la relación entre la actividad humana en el planeta y el cambio climático global. Con el paso de los años, las políticas de negocio basadas en aspectos sociales y medioambientales fueron implantándose también en las grandes empresas.
Este planteamiento altera significativamente el entorno en el que competían las empresas hasta no hace mucho tiempo: de un desarrollo guiado por criterios meramente productivos, de rendimiento económico, de eficiencia en costes —en los que incluso la mano de obra y los equipos humanos eran gestionados como una parte más del proceso productivo— a un escenario en el que, cada día más, los consumidores y trabajadores valoran las condiciones (laborales y sociales) asociadas a los productos y servicios que compran, así como el impacto que generan dichos bienes en el planeta. Una tendencia creciente e irreversible. No adaptarse a este contexto es una amenaza para las compañías que no hacen un apropiado análisis de actores y de aspectos relevantes para su desarrollo sostenible, como les ocurre manifiestamente a muchas de ellas (caso Volkswagen).
En PrevenControl creemos que para las empresas de PRL es una gran oportunidad, siempre y cuando se dé un paso adelante a nivel estratégico que permita sumar servicios de consultoría al tradicional y reglamentario servicio de prevención. Muchas empresas del sector ya lo están haciendo, entre ellas, la nuestra.