A partir de este martes día 1 de diciembre, ha entrado en vigor una revolucionaria ley que considera que todas las personas mayores de 18 años que llevan más de un año residiendo en Gales son donantes de órganos a no ser que se hayan excluido previamente del sistema sanitario de donantes.
Según la normativa estrenada en este territorio, que depende del Reino Unido, todos los residentes en Gales se convierten automáticamente en donantes de órganos si son mayores de 18 años y llevan al menos un año residiendo en el territorio, a no ser que hayan mostrado su desacuerdo con la donación excluyéndose del sistema sanitario de donantes.
Quien no quiera que sus órganos sean donados tendrá que dejar constancia personalmente en vida, de no ser así, a su fallecimiento, a menos que la familia se oponga, automáticamente, esta nueva ley permitirá al sistema sanitario, utilizar sus órganos para evitar la muerte o mejorar la vida de otros pacientes.
No toda la sociedad galesa está de acuerdo con esta medida, de hecho casi 86.000 personas han rellenado ya el formulario para excluirse de este sistema de donación obligatoria.
Reino Unido por su parte está a la espera de ver cómo funciona esta medida en el territorio, para sumarse o no a la ley e implantarla en todo el país.
Esta normativa, que respeta la voluntad de quienes no quieren someterse a ella, es un gran avance en el campo de la medicina y puede salvar miles de vidas al año.
La Asociación galesa de Trasplantes de órganos estima que la nueva ley incrementará al menos en un 25% el total de órganos donados y desde el Ministerio de Salud se asegura rotundamente que la medida «salvará vidas».