El nuevo tramo de la línea L9 entre Zona Universitària y el aeropuerto de Barcelona – El Prat comienza la fase final de pruebas. El Departamento de Territorio y Sostenibilidad la ha entregado este viernes, 22 de enero, a Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) para que pueda iniciar lo que se llama la marcha en blanco, es decir, el proceso de explotación y operación de un tramo de línea sin viajeros pero con condiciones, horarios y frecuencias similares a los que tendrá el tramo de línea en el momento en que se ponga en funcionamiento real.
Este proceso de marcha en blanco comenzará después de más de 1 año de pruebas, necesarias para garantizar la seguridad y la fiabilidad del tramo de línea, que funcionará de forma automática, como el resto de tramos que ya están en servicio. Durante esta fase se han comprobado aspectos como las instalaciones eléctricas y de seguridad, las estaciones, la ventilación, la energía, las comunicaciones o las puertas automáticas.
En este largo proceso, que comenzó en noviembre del 2014, se han realizado satisfactoriamente más de 3.000 pruebas que permitirán la circulación de trenes sin conductor. De las 15 estaciones, 3 están en el municipio de Barcelona, 5 en L’Hospitalet de Llobregat y 7 en El Prat de Llobregat, incluidas las dos estaciones en las terminales del aeropuerto.
El nuevo tramo de la L9
La puesta en servicio del nuevo tramo de la L9 permitirá llegar en metro a la terminal más utilizada del aeropuerto –actualmente, el servicio de Cercanías de Renfe llega hasta la T2–, y también unirá 3 municipios: Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat y El Prat de Llobregat. A lo largo del recorrido, se facilitará el acceso en transporte público a centros educativos, zonas comerciales y áreas logísticas y de promoción económica. Al mismo tiempo, la nueva línea mejorará la movilidad más local y dotará de servicio de metro zonas habitadas que hasta ahora no tenían. El nuevo tramo tiene una longitud comparable a la de la L1 del metro, la más larga de la red, de 20,7 kilómetros.