La robótica aplicada a educación infantil estimula el desarrollo de la inteligencia lógico matemática, lingüística, espacial e interpersonal y favorece una relación sana con la tecnología.
Alaria Escuelas Infantiles ha desarrollado, por primera vez en España, un programa de robótica infantil integrado en el programa curricular de la escuela y dirigido a alumnos de 2 a 6 años. El rango de edad se ha establecido después de llevar a cabo un programa piloto que ha puesto de manifiesto los beneficios de la tecnología aplicada a la educación temprana. Cada edad cuenta con objetivos pedagógicos diferenciados y adaptados, así como con material específicamente habilitado a su potencial motriz y cognitivo.
La utilización de dispositivos digitales en la infancia es uno de los grandes debates abiertos entre la generación de padres de la era 2.0, los beneficios y los riesgos de la exposición tecnológica se evalúan de forma exhaustiva, sin embargo se ha comprobado que el uso de la tecnología dirigida a niños en un marco educativo favorece el conocimiento y acercamiento responsable hacia la tecnología.
Alaria trabaja bajo el marco del desarrollo de la teoría de las inteligencias múltiples, ideada por el psicólogo Howard Gardner, que establece 8 tipos de inteligencia, así pues la educación debe tratar de desarrollar al máximo cada parcela, identificando dónde destaca un niño, sus preferencias, gustos y propiciando todas las herramientas para potenciar las capacidades al máximo.
En este contexto, la robótica se vive como una herramienta más, orientada a ayudar al niño a aprender y desarrollar sus capacidades. Esta asignatura en si misma está orientada a ayudar al niño a tomar decisiones que le permitan solucionar problemas. Varios ejemplos de cómo se trabaja la robótica nos pueden ayudar a entender el concepto: si por ejemplo, los niños de dos años quieren hacer que su robot-abeja se desplace sorteando obstáculos, deben tomar decisiones (programando el robot) que le ayuden a alcanzar ese objetivo; si los niños de cinco años quieren crear su propio robot a través de bloques, deben ser capaces de razonar sobre el orden de los bloques a colocar, el significado de cada motor o sensor y además deben trabajar en equipo para programar el robot según el objetivo que persigan. De este modo, introducir al niño en el mundo de la robótica supone ayudarle a desarrollar su autonomía y fomentar su capacidad de resolución de problemas.
El introducir la robótica en edades tempranas ayuda a que los niños puedan incluir el lenguaje tecnológico y matemático dentro de su vocabulario de forma sencilla y mediante juegos y así perder el consabido miedo a las matemáticas y las asignaturas de ciencia y tecnología. Además, la robótica es especialmente beneficiosa para todo el trabajo de matemáticas, secuenciación lógica, etc. De forma que tanto las fases de construcción como de programación están plenamente orientadas a estimular al niño en el trabajo de contrastes, seriaciones, etc., que les son de gran ayuda para afianzar un pensamiento lógico-matemático muy sólido desde muy pequeños.
La robótica también facilita un fantástico trabajo de aprendizaje cooperativo, que desarrolla la inteligencia interpersonal. Así, a través del manejo, construcción y programación de los robots, los niños aprenden a tomar decisiones en conjunto, debaten sobre la mejor forma de usar un sensor o introducir una instrucción, evalúan entre todos el resultado final logrado… Exponer al niño a la robótica es una magnífica forma de estimularle a trabajar en equipo.
Y lo más importante es que en nuestra experiencia con los niños hemos constatado que la robótica genera un entorno enormemente ilusionante, algo fundamental para estimular la creatividad e imaginación. En este sentido, generar ilusión en el niño es fundamental para lograr el mejor marco de aprendizaje, ya que hemos constatado que los resultados son increíbles.