En los cinco primeros meses del año, el Ministerio de Fomento ha adjudicado o licitado una veintena de contratos, por importe de casi 1.400 millones de euros. El objetivo declarado es intentar que el próximo año el AVE llegue a las cinco capitales de la comunidad que lo esperan: Palencia, León, Zamora, Burgos y Salamanca, con conexión desde Medina.
Aunque el objetivo sea extender el Ave desde Valladolid a las otras cinco capitales citadas el próximo año, no en todos los casos resulta igualmente realista.
La línea que está más avanzada es el llamado corredor norte, que debe seguir luego hacia Asturias y Cantabria y que comunica Valladolid con Venta de Baños, Palencia y León. Este mismo corredor enlaza con el País Vasco a través de Burgos, aunque éste puede ser el objetivo más difícil de alcanzar en la fecha citada. Pero el Gobierno también ha apretado el acelerador en el Corredor del Noroeste, que llega hasta Zamora, y debe proseguir luego hacia Galicia. Y también está trabajando en la electrificación que permitirá llevar un tren de altas prestaciones a Salamanca desde Medina del Campo.
El resultado de todo ello es que la provincia de Valladolid puede estar comunicada con otras cinco capitales de la comunidad autónoma en un breve plazo de tiempo, lo que supone una total revolución del panorama de la alta velocidad regional después de unos años en los que la crisis obligó a ralentizar las inversiones.
En el caso de Valladolid, esta prioridad inversora se traduce en que el presupuesto del año 2014 destina una media de 387 euros por habitante, un 80% por encima de la media nacional, que está en 207.
En gran medida, esta actual concentración de inversiones está relacionada con la expansión del Ave hacia el noroeste y se justifica por la condición de “territorio de paso” que tiene Castilla y León.
Para que el Ave que hoy se detiene en Valladolid pueda llegar a Galicia, Cantabria o Euskadi, hay que tirar kilómetros de vías por la meseta, los páramos y las cordilleras de la comunidad.
