Según las informaciones oficiales, son ya 525 personas las que han perdido la vida en Ecuador tras el terremoto que el pasado sábado asoló el país. La cifra continúa aumentando cada hora, a medida que se va intentando desmarañar la montaña de escombros que dejó el seísmo.
Muchas personas continúan atrapadas y según pasan los días, la esperanza de encontrarlas con vida, se desvanece. El gobierno cifra en 231 los desaparecidos hasta este momento y califica la catástrofe como la mayor tragedia ocurrida en el país desde hace 67 años.
Los heridos superan la cifra de 4.000, algunos extremadamente graves.
Los esfuerzos se centran en tratar de encontrar supervivientes que aún pudieran estar atrapados bajo la infinidad de edificios destruidos.
Los heridos se atienden en hospitales improvisados ante la falta de instalaciones sanitarias que han quedado en pié y por el miedo a nuevas réplicas. 140 kilómetros a lo largo de la costa del país han quedado totalmente asolados.
La ayuda internacional se está volcando en las zonas afectadas, principalmente en las provincias de Manabí, Esmeraldas y Santa Elena, declaradas en emergencia junto a Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Los Ríos.
Entre las poblaciones más afectadas está Pedernales, donde la mayor parte de las construcciones se han derrumbado y apenas dos o tres edificios quedan en pie. Los afectados han convertido al estadio de fútbol en zona de atención hospitalaria y de refugio de cientos de personas.
Hasta el momento se han registrado un total de 364 réplicas, las dos más fuertes de 5,4 y 5,1 grados en la escala de Richter.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, indicó tras el terremoto que el país dispone de líneas de contingencia por importe de unos 600 millones de dólares a través de organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Esos fondos contribuirán a hacer frente a las necesidades derivadas de la catástrofe, sobre todo purificadores de agua y kits de emergencia sanitaria.
España ha enviado 12,5 toneladas de material de ayuda a Ecuador y un equipo de la UME con perros adiestrados para ayudar en la búsqueda de supervivientes.