Van Gogh falleció a los 37 años por una herida de bala, pero a día de hoy no se sabe con seguridad si fue un suicidio o un asesinato accidental.
El pintor holandés era mentalmente inestable, sin embargo, es posible que no fuera él quien cortó su propia oreja sino su amigo, y también pintor, Gauguin.
Su oreja: ¿fue él o Gauguin?
Desde muy joven Vincent Van Gogh (1853-1890) mostró un carácter difícil y un temperamento fuerte, pero sus últimos años estuvieron marcados por sus permanentes problemas psiquiátricos, posiblemente psicosis cicloide, que lo llevaron a ser recluido en sanatorios mentales de forma voluntaria pues perdía todo contacto con la realidad. También se cree que la enfermedad mental de Van Gogh influyó en su pintura. Creó, de hecho, 500 obras en sus últimos treinta meses de su vida y de estas 79 las firmó dos meses antes de morir.
Después de muchos avatares el artista holandés, empeñado en buscar la luz y el color en la naturaleza para sus creaciones artísticas, decide afincarse en la Provenza francesa. El 21 de febrero de 1888se instala en Arlés, una localidad al sur del país.
Este fue un periodo muy fértil en el que su arte se inclinó hacia el impresionismo, pero por otro lado, la absenta (bebida muy controvertida pues al ingerir una cierta cantidad sin ningún tipo de precauciones puede generar alucinaciones y que los artistas de finales del siglo XIX y principios del XX la consumían ya que supuestamente inducía a la inspiración artística) y por otro la fatiga mental agravaron su condición física.
Van Gogh tenía la intención de crear en Arlés un taller de artistas, y para esto alquiló una casa. Pero el único que atendió a su petición del taller fue Paul Gauguin, a quien había conocido dos años atrás durante su estancia en París junto a otros artistas de la época.
Pero Gauguin, lleno de deudas, recelaba del carácter extraño de Vincent, por lo que no se decidía a viajar hacia Arlés, hasta que Theo, hermano pequeño de Van Gogh y marchante a la vez de Gauguin, acabó pagando todas sus deudas para que viajase a Arlés.
Sin embargo, bastaron dos meses de intensa convivencia para que sus fuertes caracteres chocaran y ésta se hiciera insostenible, aunque empezó con los mejores presagios y un regalo mutuo: dos autorretratos y un trabajo conjunto sobre una serie de paisajes cada uno con su visión.
Con el paso de las semanas, la convivencia de los dos artistas fue empeorando, debido a sus diferencias personales Gauguin se cansa de Van Gogh, no aguantaba más sus arrebatos de visionario, y decide marcharse, pero al artista holandés no le gusta la idea y se tiñe con tintes trágicos al final.
En la tarde del 23 de diciembre de 1888 Van Gogh y Gauguin tuvieron un altercado, a consecuencia del cual Van Gogh pierde parte de su oreja izquierda. Y aquí empieza el misterio.
Nunca hubo unanimidad entre los estudiosos de los hechos, debido a las pocas fuentes existentes, pero la versión generalmente admitida se basa en las memorias de Gauguin, publicadas en 1903.
Gauguin en sus memorias señala que Van Gogh le amenazó y persiguió con una navaja y que por la noche el holandés se automutiló el lóbulo de la oreja izquierda (no la oreja completa). A continuación, Van Gogh habría envuelto el lóbulo en un paño y se habría dirigido a un burdel de Arlés, donde presentó este «regalo» a una prostituta llamada Rachel.
Posteriormente regresó a la «casa amarilla» donde ambos residían y tenían el taller.
A la mañana siguiente la policía lo encontró inconsciente y bañado en sangre, aunque Gauguin no pasó allí la noche, y fue trasladado al hospital Hôtel-Dieu de Arlés. Se avisó a Theo, y Vincent quedó ingresado durante catorce días. Gauguin dejó Arlés con rumbo a París y no volvió a tener contacto con Vincent, exceptuando algunas cartas posteriores.
Pero en 2009, los académicos alemanes Hans Kaufmann y Rita Wildegans, en su ensayo Van Goghs Ohr, Paul Gauguin und der Pakt des Schweigens (La oreja de Van Gogh, Paul Gauguin y el pacto del silencio), revisaron el incidente estudiando el informe policial, las noticias publicadas en los periódicos de la época, la correspondencia de los dos pintores y los pocos testimonios existentes, muy posteriores a los hechos.
Tras diez años de investigación, llegaron a la conclusión de que fue Gauguin quien hirió a Van Gogh con su sable en la disputa (era maestro de esgrima), y que una vez solo Van Gogh habría terminado de recortar la oreja. No se encontraron ninguna de las armas.
Wildgans y Kaufmann consideran que la historia contada por Gauguin está llena de detalles difíciles de creer que les llevan a la conclusión de que Gauguin mintió a la policía, para disimular el papel clave que él había tenido en los acontecimientos de la noche anterior. Ante todo la idea de un Van Gogh ensangrentado, dando una caminata nocturna hasta el burdel -a las afueras de Arles- para entregar su oreja a una prostituta que no significaba nada especial para él y después volver a casa es algo que los dos autores consideran inverosímil.
La versión alternativa que ellos dan parte de un enfrentamiento entre los dos amigos, generado por la decisión de Gauguin de abandonar Arles y regresar a París.
Van Gogh le habría lanzado a Gauguin un vaso en un bar y luego le habría perseguido para tratar de persuadirle de que se quedara en Arles. En el enfrentamiento en la calle, Gauguin, que era un buen espadachín, habría desenfundado su daga y le habría cortado de un tajo la oreja a Van Gogh, no lejos del burdel donde posteriormente aparecería la misma y desde donde la policía siguió un rastro de sangre que la llevó hasta la famosa “casa amarilla” donde vivían Van Gogh y Gauguin.
“Usted calla y yo también lo haré”, fueron las últimas palabras de Van Gogh a Gauguin, lo que es interpretado por los dos investigadores como un pacto de silencio.
Para sustentar esa hipótesis, Wildgans y Kaufmann buscan rastros de un presunto sentimiento de culpa en textos y dibujos de Gauguin sobre cuya conciencia pesaría el haber precipitado a Van Gogh a la locura definitiva. Unos girasoles pintados en Tahití, como homenaje a Van Gogh, son una de los indicios que alegan.
Al regresar a su casa del hospital, Van Gogh pintó el Autorretrato con oreja vendada, del que existen dos versiones. Ambos cuadros muestran un vendaje en la parte derecha de la cabeza, y debieron ser pintados delante de un espejo, ya que la oreja herida fue la izquierda.
Según esta versión, Van Gogh no habría dicho nada para proteger a su amigo, y Gauguin habría regresado precipitadamente a París debido a su mala conciencia.
Estos autores concluyen que no está claro si se trató de un accidente o un acto intencionado de herir a Van Gogh, pero ambos artistas acordaron dar la versión de la automutilación a la policía para proteger a Gauguin.
Después del hecho Van Gogh fue internado varias veces en sanatorios psiquiátricos.
Su muerte: ¿se suicidó o fue homicidio involuntario?
Año y medio después del corte de la oreja, Van Gogh moría de un disparo en el pecho. De nuevo aquí la versión tradicionamente aceptada es que el artista holandés se suicidó, sin embargo, cada vez cobra mayor fuerza la del homicidio involuntario.
El 27 de julio de 1890 se fue a pintar al campo, donde puso un revólver en su pecho y disparó, dirigiéndose tambaleante a la posada Ravoux, donde residía, y se tendió sobre la cama. El dueño de la posada llamó a un medico local de nombre Mazery, y también al doctor Gachet, quienes decidieron no extraerle la bala.
Vincent Van Gogh finalmente murió, a la edad de 37 años, a la 1:30 de la mañana del 29 de julio de 1890, en los brazos de su querido hermano Theo, quien falleció seis meses después.
En la extensa biografía sobre el postimpresionista publicada por los abogados Steve Naifeh y Gregory White Smith, titulada La vida de Van Gogh(Taurus), se asegura que la gente de Auvers insistía en que el pintor no se había suicidado, sino que fueron “unos chavales que le dispararon accidentalmente” y que “no se atrevieron a hablar por miedo a ser acusados de asesinato,”.
Estos abogados se centraron en investigar sobre los tormentos y perrerías que los hermanos Secrétan y su pandilla preparaban al pintor holandés, encontrando en Van Gogh el objetivo de sus perrerías para sacarle de quicio.
Al parecer, aquel fatídico verano de 1890 aquellos chicos andaban jugando en el bosque, según esta versión, y se produjo un disparo sobre Van Gogh. No saben lo que ocurrió y no pueden demostrar que el problemático adolescente René, el mayor de los Secrétan, apretara el gatillo contra el artista de forma probablemente accidental. Estos abogados apuntan que todas las pruebas del acontecimiento desaparecieron incluida el arma, y que “los hermanos Secrétan limpiaron todo apresuradamente”.
Sin embargo, señalan que la trayectoria de la bala, entró desde un ángulo extraño y oblicuo en su estómago y no en la cabeza, “como cabría esperar en caso de suicidio”, y que los médicos aseguron que el disparo procedía desde lejos, “no como si él mismo hubiera apretado el gatillo”.
Lo que sí admitió con los años el viejo René Secrétan (cuando se estrenó la película sobre el caso), dicen, es que torturaban a Vincent y que le suministraron el arma que acabó con su vida. Además, no había notas de despedida a su hermano Theo por ninguna parte.
Campo de trigos con cuervos es considerada su última pintura, realizada en torno al 10 de julio, es decir, más de dos semanas antes de la muerte. Los partidarios del suicidio sugieren que es una pintura premonitoria. Pero a los autores de la teoría del homicidio les parece demasiado tiempo sin pintar para un artista incansable y sugieren que las dos últimas pinturas –inacabadas- fueron Las raíces de los árboles y Granjas cerca de Auvers.
Los autores de este libro se preguntan también cómo es posible que Van Gogh se hiriera a sí mismo y caminara, más de un kilómetro, hasta la pensión donde murió dos días después. También se cuestionan si el pintor, que estuvo interno en un psiquiátrico, podía tener un arma de fuego.
Escrito para azperiodistas.com por Mongutz.