El Senado mexicano analiza una propuesta para vincular el consumo y las pensiones. Al tiempo, la Comisión Europea promueve un modelo de negocio similar presentado por una startup española. Los actores de los sistemas de pensiones van a cambiar en todo el mundo
El mexicano Abraham Hernández y el español José Luis Orós se reunieron en París el 30 de mayo de 2016. Semanas antes, José Luis Orós descubrió que su idea de pensión por consumo, que le había llevado a fundar Pensumo en 2013, estaba arrancando en México. La idea consiste en que cada vez que compras algo, un dos o un tres por ciento se destina a tu plan de pensiones: ese porcentaje lo aporta la empresa a cambio de una fidelidad que por definición, será vitalicia. Cada vez que pones gasolina o vas al cine o al súper, unos céntimos van a tu futuro. Todas las compras de tu vida –incluyendo un coche o el arreglo de la cocina– aportan algo a tu retiro. Es una idea adaptada a los tiempos.
Es una idea hispánica, propia de la crisis y del ingenio que se amolda a un mundo sin pensiones. «España está agotando la hucha de las pensiones, en dos años no habrá reservas para pagar a los jubilados. En julio, el gobierno en funciones va a detraer 10.000 millones de euros de la “hucha” para pagar la extra de las pensiones. En México, de 54 millones de cuentas individuales de Fondos para el retiro, menos de un uno por ciento aporta algo a su pensión para la vejez».
Abraham Hernández, presidente de la consultora especializada en pensiones Vitalis, se licenció en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y estudió econometría y programación en la Universidad de Minnesota. Habla español, inglés, francés, portugués, sueco y noruego. Y los lenguajes de programación Pascal, C y Visual Basic. Además de presidente de Vitalis es vicepresidente de la Sección de Pensiones y Seguridad Social de la Asociación Actuarial Internacional (IAA). Así que cuando lanzó en México en abril la idea de Millas para el Retiro –cuando consumes ahorras– a José Luis Orós, al otro lado del Atlántico, le dio un vuelco el corazón.
En España el sistema de pensiones cae en picado, pero aún le quedan dos años hasta que quiebre. Pero en México ni siquiera existe: Abraham Hernández dijo en el Senado al presentar Millas para el Retiro que su país cuenta con “uno de los peores esquemas de pensiones en el mundo, tan es así que es previsible que en menos de 30 años seremos un país de viejos pobres”. Así que es posible que lo que en España está tardando en despegar, en México arranque con fuerza.
La startup española Pensumo, la de José Luis Orós, ha obtenido el Sello de Excelencia de la Unión Europea, cuenta desde el principio con la garantía de Allianz, que gestiona el fondo de ahorro, y ha ido cosechando abundantes premios y distinciones y tiene más de tres mil “pensumistas”. Pero necesita el respaldo de una gran empresa que entienda el proyecto en toda su dimensión y que aporte los recursos necesarios para despegar. Cuando José Luis Orós leyó los periódicos mexicanos se puso en contacto con Abraham Hernández, que iba a viajar a Europa, y se citaron en mayo en París.
Abraham no sospechaba que su brillante idea estaba funcionando a escala local en España –las grandes ideas están en el aire– y desde el primer momento comprendió que la experiencia acumulada por Pensumo podría ser muy valiosa. La reunión, en un París asediado por las huelgas y manifestaciones contra la reforma laboral, duró diez horas. Hubo feeling. En un mundo de empleo precario en el que gran parte de la población no llega a fin de mes, pretender que la gente ahorre es una utopía. Por eso el sistema de Pensumo y de Millas para el Retiro está destinado a triunfar: cada vez que consumes, ahorras. Con el móvil, sin gastos administrativos, sin darte cuenta. En Zaragoza hay 90 empresas que participan en el programa de Pensumo: cada vez que pones gasolina en una estación de Zoilo Ríos un 2% va a tu cuenta personal, a tu futuro.
En 2015, unos universitarios panameños que habían estudiado el máster en Zaragoza vieron la oportunidad y quieren replicar Pensumo en su país y están buscando inversores. Pero Panamá no es México. España tampoco tiene el volumen ni la demografía de México, pero es Europa. El respaldo del Sello de Excelencia de la Unión Europea a la idea de José Luis Orós resalta el valor del proyecto y fecunda la propuesta de Abraham Hernández, que se adapta a la situación del mundo actual: además del valor obvio de la propuesta básica –cada cual se va forjando su pensión en el consumo diario– la idea de Pensumo y de Millas para el Retiro tiene un componente social que la hace imbatible: Pensumo ha ensayado con éxito premiar las buenas acciones –medio ambiente, solidaridad– con aportaciones extra. Una marca puede aumentar los ingresos de un pensumista que lleva a cabo una buena acción que beneficia a todos: solo hay que acercar el móvil con la APP a un dispositivo para que ocurran cosas.
Lo que seduce de Pensumo y Millas para el Retiro es la posibilidad de un acuerdo entre una gran empresa, miles de pymes y millones de personas que sellan un compromiso para hacer mejor el futuro. Por no hablar de las posibilidades de Big Data aplicado a esta comunidad. Un Big Data responsable y transparente –humanista–, que pida permiso a cada persona para entenderlas a todas, puede hacer milagros con la comunidad de Pensumo y Millas para el Retiro.
La reunión de París fue muy bien y traerá consecuencias para todos.