La tendencia marca que cada vez es más frecuente comprar bienes y servicios a través de Internet, donde ya hay creados mercados de confianza donde el usuario puede ahorrar dinero.
El mercado evoluciona, se transforma, cambia para mejorar pero sin perder la esencia de lo que es. El comercio es una de las actividades más antiguas de la Humanidad y desde el principio de las civilizaciones se han intercambiado objetos y servicios para cubrir las necesidades de las personas.
Actualmente vivimos una evolución más. Las tiendas se replican para además de tener presencia física, en la calle, estar también en un espacio abierto, enorme y de fácil acceso a todas las personas: Internet. La compraventa de productos y servicios en la Red no para de crecer, a medida que también las aplicaciones y los dispositivos facilitan esa comunicación entre el cliente y el vendedor.
La implantación del e-commerce, o comercio electrónico, no se trata de una ruptura con el modelo tradicional sino de un paso más, hacia el futuro, en el que ambas partes que participan en las transacciones disfrutan de ventajas. La tienda sigue existiendo solo que se traslada de lugar para aumentar sus posibilidades de venta en una economía competitiva, para llegar a más gente reduciendo los costes.
También el cliente disfruta de este adelanto ya que gana, sobre todo, comodidad. Poder acceder desde su casa a un centro comercial virtual en el que encuentre todo lo que busca, y en el que además son los profesionales los que se esfuerzan por acercarse a ellos y poner las facilidades, es sin duda un paso adelante en la forma en la que realizar las compras.
El Marketplace, un lugar de confianza
Dentro de esta vorágine competitiva por captar la atención al cliente y ser atractivo aparecen las plataformas virtuales de compra y venta, denominados en su término anglosajón como Marketplaces. En esencia podría definirse como un centro comercial especializado en un tipo de producto o servicio, en donde el usuario puede entrar y comparar las ofertas de diferentes marcas, autónomos o profesionales para elegir la que más le satisfaga.
Gracias a los Marketplaces los negocios tienen un lugar donde mostrar lo que ofrecen sabiendo que llegarán a un número grande de potenciales consumidores que están allí porque necesitan adquirir esos productos o servicios. Es una forma fácil de acceder a clientes que de otra forma no llegarían, de darse a conocer. Mientras, para los compradores se trata de un lugar cómodo y, sobre todo, de confianza, en el que poder analizar precios sin compromiso para elegir los servicios de mayor garantía, ahorrando tiempo y dinero respecto a la forma tradicional de comercio.
Sirve el ejemplo de Easyoffer, una plataforma digital en la que se encuentran cientos de abogados y asesores. El cliente entra al portal web, explica su caso, y dispondrá de varios presupuestos de forma gratuita para tomar una decisión. Una buena gestión para el usuario, que desde su casa puede contratar un servicio especializado y luego, si lo desea, citarse en persona con el profesional (ya que dispondrá de juristas en su zona geográfica) para preparar su defensa o su ataque. Ventaja también para los abogados y asesores, que amplían su posible cartera de clientes.
Y aumentan considerablemente el número de personas a las que pueden llegar en un mercado tan competitivo, además sin realizar inversiones en marketing ni en equipamiento, ya que con disponer de conexión a Internet es suficiente para acceder al mercado virtual.
La Red de redes está repleta de oportunidades. Para un cliente ofrece comodidad, poder comparar con tranquilidad, mirar multitud de productos sin salir de casa, y además aprovechando precios que pueden ser mejores que los de la tienda física. Pero para un negocio la presencia en Internet no solo es una opción sino prácticamente una obligación ya que, en una época de mucha competencia unida a la frágil situación económica, el ciberespacio facilita casi sin coste llegar a millones de clientes potenciales a los que no se podría acceder de otra forma.