La fiebre de Pokémon Go ha despertado gran interés en las empresas ante la posibilidad de encontrar rentabilidad en el impacto que ha tenido el juego entre millones de personas en todo el mundo.
Pero la primera que ha sabido sacarle provecho y sin complicadas negociaciones con el desarrollador, ha sido una niña de 10 años, que pensó que podría sacarse unos dólares vendiendo limonada a quienes acababan sedientos de buscar tanto muñequito, para cambiar su teléfono móvil por uno con el que ella misma pudiese jugar a Pokémon Go.
Pero ha triunfado por todo lo alto, colocada con un puesto de limonada en la Elizabethtown, en el estado de Kentucky, se está sacando 200 dólares cada día con su pequeño negocio.
Miranda empezó a vender limonada y patatas fritas este lunes cuando se enteró de que la zona aledaña a la casa de su hermana mayor era una poképarada.
Es más, esta niña, capaz de “afeitar un pokémon en el aire” decidió vestir los productos que vende del color de los tres equipos del juego: azul, rojo y amarillo.