PRUEBA
Pues son la fiestas de Cheste, en Valencia, y puede ser que a uno de los morlacos que participaba en el encierro, le pareciera que las fiestas son para todos.
Pero sin dinero para tomarse unas cañas, poco iba a poder hacer. Así que se desvió de su recorrido y se fue hacia la oficina de Bankia y entró tranquilamente.
No sabemos si fue al cajero o prefirió que lo atendieran en ventanilla, pero salió a los pocos minutos tan fresco como había entrado.
Imaginamos que quienes estuvieran en el banco en ese momento, no se quedaron tan traquilos.