Tordesillas sustituirá el Toro de la Vega por el Toro de la Peña, un festejo en el que no habrá ni lidia ni muerte para cumplir con la normativa que prohíbe el sacrificio en público de las reses.
El Toro de la Peña sustituirá al tradicional torneo del Toro de la Vega, una justa de origen medieval, documentada desde el siglo XVI, objeto de estudios etnográficos y antropológicos, y único que hasta la fecha conservaba la suerte del alanceamiento, introducida por los jinetes árabes durante la invasión musulmana y antecedente de las actuales corridas de toros.
Una fiesta tan tradicional como cruenta que ha generado desde hace años mucha polémica.
El Ayuntamiento de Tordesillas próximamente informará de las características del astado elegido para este festejo, mientras se sustancia la estrategia jurídica que la villa ha emprendido contra la prohibición de sacrificar en público las reses de lidia en los espectáculos taurinos populares y tradicionales.
El Toro de la Peña pastará en los corrales del Prado de Zapardiel, junto a la desembocadura del río en el Duero, hasta la víspera de la celebración del festejo, cuando será encerrado por caballistas y bueyes en la plaza de toros a través del mismo itinerario que solía realizar el Toro de la Vega.
Por la mañana, el Toro de la Peña saltará desde un cajón situado junto a la Plaza Mayor y bajará por el puente hasta desembocar en el campo, exactamente igual que hacía el Toro de la Vega, en el lugar donde se celebraba la justa entre lanceros de a pie y de a caballo ante un que podría salvar la vida, según las normas del torneo, si alcanzaba indemne una zona previamente señalada.