Un grupo de científicos australianos han creado un fármaco que aporta al organismo los mismos beneficios que produce la actividad física pero sin tener que moverse.
El fármaco ha sido aplicado en ratones con sobrepeso, su intención era saber si conseguía activar los genes antigrasa.
Pocos días después de tomar la pastilla los ratones dejaron de mostrar signos de la enfermedad cardiovascular. La investigación de este nuevo fármaco ha costado 10 años de estudios. Aunque de momento la píldora solo es aplicable a ratones, se espera que pueda estar disponible para el uso humano en cinco años.