El Conjunto recreará un ritual funerario romano en el que podrán participar los visitantes

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PRUEBA

El Conjunto Arqueológico de Carmona, con motivo de la celebración del Día Internacional de los Monumentos y Sitios, ha organizado para el sábado 22 de abril una actividad en la que se recreará un rito funerario romano (funus).

El público asistente podrá participar en esta representación. Se realizarán tres pases a lo largo de la jornada a las 11:00, 13:00 y 17:00 horas. La actividad es gratuita, hasta completar aforo (50 personas por sesión).

Las ceremonias relacionadas con el funeral (funus) son muy importantes en el mundo romano, y varían en función del rango económico y social de la persona; conocemos de este modo el funus translaticium o normal; el funus militare, dedicado a los soldados, el funus publicum, reservado para los personajes de importancia pública relevante, y el funus imperatorum, dedicado a los emperadores; todos ellos tenían en común la celebración de una procesión funeraria (pompa) que debía hacerse de noche, con el difunto conducido en una parihuela o feretrum, hasta la necrópolis, que las leyes obligan a situar fuera de la ciudad; sólo en casos excepcionales -emperadores, por ejemplo- podía enterrarse dentro del recinto urbano.

El cadáver se quemaba o se inhumaba, según la época, pero también en el primer caso se acababa enterrando las cenizas. Alrededor de la tumba y en la casa del difunto se desarrollaban una serie de ceremonias, que comenzaban con un banquete ritual, el silicernium, y duraban nueve días. Con posterioridad, el banquete se repetía periódicamente, o bien el día del cumpleaños del difunto -dies natalis- o bien el día de los difuntos, durante las fiestas llamadas parentalia y lemuria. En estas ceremonias participaba figuradamente el propio difunto, a quien se invocaba de diversas maneras y al que se ofrecían alimentos y bebidas -libationes.

Necrópolis de Carmona

El descubrimiento de la Necrópolis tiene lugar de manera fortuita durante los años 1868 y 1869, con motivo de los trabajos de allanamiento del llamado Camino del Quemadero.

A partir de esta fecha se inicia una etapa de expolio sistemático por parte de aficionados y propietarios de los terrenos, con un objetivo lucrativo, de forma que se venden las piezas extraídas a coleccionistas. De esta manera surgieron gran número de colecciones particulares, hasta que en 1881 Juan Fernández López y Jorge Bonsor, junto al capataz Luis Reyes Calabazo, inician un proyecto científico, comenzando por la adquisición de los terrenos que actualmente conforman el recinto de la necrópolis.

Este proyecto culmina con la creación de la Sociedad Arqueológica de Carmona y del Museo de la Necrópolis, así como un circuito que permitía el acceso a los visitantes en 1885. Durante estos años se excavaron gran número de tumbas, al mismo tiempo que dan comienzo las primeras publicaciones, de carácter monográfico, referidas al yacimiento.

Tras la cesión de la Necrópolis al Estado en 1930, se abre una nueva etapa que culmina con la reanudación de las excavaciones arqueológicas en la zona del Anfiteatro, zona hasta ese momento por descubrir, que sacan a la luz una serie de estructuras funerarias que fueron estudiadas bajo la dirección de la Dra. Fernández Chicarro, y que posteriormente fueron continuadas por la Dra. Belén Deamos. Importante aportación fue el estudio que de la Necrópolis hace el Dr. Bendala Galán en su tesis doctoral.

Desde entonces y hasta la actualidad, los trabajos realizados en el recinto se han encaminado a la conservación y difusión del Conjunto, salvo excepciones, como las obras de restauración efectuadas durante 1997 y 1999, con carácter de emergencia, realizadas por D. José Manuel Rodríguez Hidalgo; o la delimitación de nuevas estructuras a raíz de la construcción del nuevo Museo de la Necrópolis y del proyecto de ampliación del camino de acceso al mismo, bajo la dirección de D. Antonio Pérez Paz, en el año 2001.