El Comité de Ética de la Organización Mundial de la Salud ha aprobado este martes el uso de tratamientos experimentales en las víctimas del actual brote de ébola en África occidental, aunque su eficacia no haya sido comprobada.
La recomendación tiene una causa clara, las medidas utilizadas en otros brotes de prevención de la infección, control de los casos y seguimiento de los contactos no están funcionando, según ha afirmado después de la reunión Marie-Paule Kieny, subdirectora de Sistemas Sanitarios de la OMS.
Los datos son elocuentes. Desde el 8 de agosto al 11, la cifra de afectados ha pasado de 1.779 a 1.848 (69 más), y a de fallecidos de 961 a 1.013 (52). La expansión de la enfermedad es demasiado grande, ha señalado Kieny. En esta situación, favorecer un sistema acelerado para pasar de los ensayos al uso compasivo de los medicamentos que puedan surgir para cualquiera de las fases del ébola «no solo es ético, es casi un imperativo moral», ha añadido.
Los expertos han subrayado que la aplicación de estos tratamientos tiene que seguir una serie de «criterios éticos», entre los que se incluye la «transparencia» sobre la naturaleza del medicamento, el consentimiento informado, la libertad de elección, la confidencialidad, el respeto a la persona, la preservación de la dignidad y la implicación de la comunidad.
