Bilbao se rinde ante los Guns N’ Roses

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Los hoteles de la villa llenos y 40.000 espectadores en San Mamés, han hecho del concierto de los Guns un hito rockero que no ha dejado indiferente a nadie.

Casi 40.000 fans se entregaban a la música de la banda en un San Mamés que se llenó de luz, sonido, pirotecnia, imagen y sobre todo, del rock mítico de Axl Rose, Slash y Duff Mckagan, los tres miembros originales de la banda que se subían ayer al escenario.

‘Welcome to de jungle’, ‘You could be mine’ o ‘Sweet child o’ mine’, hacía tronar las gradas del estadio donde los Guns presentaban su gira ‘Not in this lifetime’.

Tyler Bryant & The Shakedown y Marc Lanegan Band eran los teloneros de un espectáculo que brilló por la puntualidad de la banda, que se subía al escenario a las nueve y media y abría el concierto con el tema ‘It’s so easy’, de su álbum de debut ‘Appetite for Destruction’.

Llegaron después peores y mejores momentos, el sonido falló al principio pero fue recuperándose. Algunos temas crearon momentos más aburridos para los asistentes y otros prendieron entre el público.

«Sweet child o’ mine» fue jaleado desde las primeras notas y el solo de guitarra de Slash, coronado con la canción de amor de «El Padrino», de Nino Rota, causó emoción en las gradas.

Luego «My Michelle» ha dejado paso a un mano a mano entre Slash y Richard Fortus con el «Wish you were here» de Pink Floyd, antes de otro de los clásicos de la banda: el «November rain».

Y tras esa canción, ha sonado otra que no podía faltar, la versión del «Knockin’ on heaven’s door» de Dylan, coreada por las cerca de 40.000 personas que llenaban San Mamés.

«Don’t cry», la versión de «The seeker» de The Who y «Paradise city» para la despedida.
Buen sabor de boca y buena música para el nuevo estadio bilbaino.

Previo al concierto, los hoteles de la ciudad se quedaban sin habitaciones, los fans pasaban horas y días esperando a las puertas del estadio y las medidas de seguridad se incrementaban ante el importante acontecimiento musical.