Amarenak, “de las madres” en euskera, es una historia que empezó a escribirse, sin saberlo, hace varios años.
Oihane Pardo, arquitecta y diseñadora donostiarra, heredó de su madre el antiguo kaiku – abrigo tradicional de los marineros vascos – de su abuela.
Durante varios años Oihane vivió en diferentes ciudades: Barcelona, La Rochelle (Francia), Bruselas, Tenerife y finalmente Shanghai (China). Aquel kaiku fue su abrigo en los viajes, su conexión con casa, su familia y su cultura. Pero llegó un día en el que necesitó comprar uno nuevo y Oihane se dio cuenta de que esta prenda casi había desaparecido. Apenas los vendían y los que encontraba nada tenían que ver con aquel elegante kaiku de su abuela.
Así un día Oihane decidió abandonar su vida y su trabajo de arquitecta en Shanghai para volver a su San Sebastián natal y crear Amarenak, con el fin de recuperar del olvido todas esas prendas y objetos tradicionales que algún día pertenecieron a nuestras madres y abuelas.
Con esta introducción, la marca Amarenak presenta su proyecto en su página web donde pueden adquirirse estas prendas para hombre y mujer.
Diseñar y contar historias.
De su padre historiador aprendió la importancia de mantener vivas las historias y la cultura. Esto fue también detonante cuando tomó la decisión de volver a casa para emprender aportando su granito de arena con lo que mejor sabía hacer: diseñar y contar historias.
Durante todos esos años vistiendo su kaiku se dio cuenta de que hay prendas que sirven para algo más que para proteger del frío. Sirven para contar historias. Eso es lo que hace diferente a Amarenak: No sólo hacen ropa, hacen “Historias que se llevan puestas”.
La importancia de recuperar lo local y después exportarlo.
Como otras muchas jóvenes, tuvo que emigrar para trabajar y, aunque fue muy enriquecedor y una gran experiencia, fue consciente de que la solución a aquello era generar empleo en casa. Por eso desde el principio apostó por confeccionar en talleres locales y materia prima km0. Además de trabajar siempre con tejidos naturales y sostenibles.
Historias que se llevan puestas
Buscando colaboradores para difundir su mensaje, enseguida tuvo claro con qué marcas podría fundirse y crear sinergias. Oihane tenía que sentirse identificada con ellas.
La primera persona con la que contactó fue Marta Mendia, responsable de Comunicación de Conservas Olasagasti a la que enseguida contagió su entusiasmo y convenció para contar la primera de sus “historias que se llevan puestas”.
Ambas se dieron cuenta enseguida de que las dos marcas comparten los mismos valores y la misma filosofía a la hora de trabajar. Dan vital importancia a la mano de obra y materia prima locales, se apoyan en la cultura de su territorio y en los oficios ancestrales.
Oihane Pardo relata: “Viajar hasta la fábrica Olasagasti-Conservas Dentici fue toda una experiencia. No imaginaba cómo es exactamente el proceso del pescado desde la pesca hasta que abro en casa una lata de atún o de anchoas, y me quedé francamente sorprendida por la cantidad de trabajo que hay detrás y fascinada al ver con mis propios ojos la hermosura del pescado fresco recién llegado del puerto con el que elaboran sus conservas.»
Encontré muchos paralelismos con nuestros talleres, la tecnología más avanzada convive con un saber hacer manual y artesano que parece insustituible.
Por otro lado, Marta nos explicó con todo detalle el proceso de pesca de los diferentes pescados con los que trabajan, uno a uno, con caña en el caso del bonito del norte y del atún rojo; con cercos tradicionales en el caso de la anchoa y de la caballa.
«Y me gusta que también se cuiden por dentro y por fuera, elaborando un producto de excelente calidad basado en la pesca sostenible en nuestra costa y… mimando su imagen, que me encanta”.
Durante este mes Amarenak y Olasagasti se unen para contar esta historia de tradiciones, de culturas milenarias y de apuesta por los oficios y materia prima de su tierra natal.