Barcelona recupera su interesante pasado romano

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El origen de la ciudad de Barcelona hay que buscarlo en torno al año 10 a. C., cuando el emperador Augusto decidió fundar una colonia para los soldados veteranos de las guerras cántabras.

Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino es el nombre de aquella colonia fundada por Augusto que con el paso de los años sería Barcelona. Esto es bastante conocido, pero, aunque hay restos bastante importantes, como las columnas del templo de Augusto, varios lienzos de muralla, el arranque del acueducto en la plaza Nova o el subsuelo de la plaza del Rei, la verdad es que hasta ahora no se le había dado la importancia que realmente merece.

El actual equipo de gobierno del Ayuntamiento puso en marcha el plan Barcino con el lema “Ilusionar a la ciudadanía con la arqueología”, y con el objetivo de poner en valor el patrimonio histórico dejado por los romanos. Carme Miró, responsable del plan, explica: “Barcino ya estaba, y seguirá estando, pero ahora se le ha dado el protagonismo que realmente le corresponde por ser lo que es”. Y para poder hacerlo, lo primero que hacía falta era ordenar las investigaciones que ya se habían hecho y hacer nuevas. En este sentido, la elaboración de la Carta arqueológica, que es consultable en internet, ha ayudado a ir completando el puzle.

Por otra parte, “hallazgos como la villa de la Sagrera, explica Carme Miró, hacen que la gente tome conciencia de que también hay romanos por todo el llano de Barcelona, y no solo en Ciutat Vella”. En este sentido hay que decir que, si bien en L’Eixample no se conocen yacimientos arqueológicos, aunque recientemente se han hecho unos importantes hallazgos en el Mercado de Sant Antoni, hay otros lugares de la ciudad con villas romanas documentadas, especialmente Horta-Guinardó y Les Corts.

El plan Barcino, aunque toma el nombre de la ciudad romana, comprende un espacio cronológico más amplio, que va del mundo íbero a la Alta Edad Media. “Para entender la Barcelona romana, dice Miró, primero tenemos que saber de dónde venimos, y en los cerros del entorno y, sobre todo, en Montjuïc, había asentamientos íberos. Y, por otra parte, la ciudad cobró importancia porque en el siglo III se construyó la muralla y esta fuerza defensiva hizo que los visigodos se quedaran y, durante unos años, la convirtieran en capital del imperio visigodo”.

Actuaciones en marcha

Entre los objetivos del plan Barcino, se encuentran la transparencia y el hecho de hacer difusión de todos los hallazgos que se van realizando, así como la colaboración con otros investigadores y centros universitarios. Actualmente, el Servicio de Arqueología trabaja en diversos lugares de la ciudad. Además de la villa de la Sagrera, la cual era casi tan grande como la misma Barcino, se están llevando a cabo actuaciones en el acueducto que entraba en la ciudad por la plaza Nova, donde todavía se pueden ver restos desde el exterior, así como por la parte posterior al vestíbulo de la Casa de l’Ardiaca, sede del Archivo Histórico de Barcelona. Además, pueden observarse cuatro arcadas del acueducto en la plaza del 8 de Març.

Uno de los lugares que están dando más sorpresas e información es el subsuelo de la basílica de los Sants Just i Pastor, la iglesia más antigua de la ciudad, donde ya se han hecho tres campañas de excavación y pronto empezará una cuarta. También se está trabajando en un lienzo de muralla de la calle del Sotstinent Navarro y en una domus acomodada de la calle de Avinyó, 15, que se prevé que pueda ser abierta al público durante el próximo 2015.