Ayer, como cada lunes, el Movimiento de Pensionistas se manifestó ante el Ayuntamiento de Bilbao, mostrando en esta ocasión su enfado e indignación por la congelación de pensiones.
Andrea Uña, una de las portavoces del Movimiento, señaló que ” los pensionistas estamos muy cabreados, muy indignados, porque no nos esperábamos lo del último Consejo de Ministros, una congelación de las pensiones”.
Uña manifestó que algunos pensionistas “llevamos muchos años sin poder poner la calefacción, sin poder pagar los medicamentos. Incluso se ha quemado un matrimonio mayor por tener braseros”, ha subrayado.
Ante esta situación, el próximo 30 de enero los pensionistas saldrán a la calle en una huelga general para exigir al Gobierno, una vez más, 1.080 euros de pensión mínima y 1.200 de salario mínimo interprofesional.