El III Congreso vasco de Empleo ha concluido este viernes tras dos jornadas con una apuesta común de una reforma del sistema consensuada entre todos los agentes, basada en la gobernanza colaborativa, el diálogo, la igualdad e innovación.
La viceconsejera de Empleo, Elena Pérez Barredo ha señalado en la clausura que el compromiso del Departamento es llevar a cabo las reformas propuestas con la premisas del diálogo, y el foco en igualdad e innovación. Las conclusiones definitivas del Congreso serán recogidas en un documento que será trasladado a todos los grupos políticos del Parlamento.
El IIII Congreso, que ha sido adaptado a las actuales restricciones presenciales que exige la pandemia, ha readaptado todos sus contenido para, tal y como señaló en la apertura la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, “mirarnos hacia dentro”. A pesar de esos cambios introducidos en el formato y los contenidos, la respuesta dada al encuentro de estas dos jornadas se refleja en el dato de las de setecientas sesenta y ocho personas que ha participado, on-line, conectadas en el canal del Congreso y , lo que indica el interés y el acierto de los temas que se han abordado.
Esta reflexión de expertos y agentes del mundo laboral ha servido para articular un punto de partida común para la construcción del Sistema Vasco de Empleo, que se sustentará en aprobación de la Ley de Empleo. Una legislación que, con el consenso general, deberá abordar el desarrollo del Derecho al Empleo. Un derecho que suma la inclusión laboral de todas las personas así como la necesidad del paso de la condicionalidad al derecho a las políticas activas de empleo y el derecho a la intermediación en condiciones de igualdad.
La nueva Ley tendrá como objetivo principal determinar las funciones y competencias de cada uno de los agentes que hoy tienen protagonismo en la ejecución de las Políticas Activas de Empleo con el objetivo de insertar a las personas en el mercado laboral. En el Congreso se ha destacado el hecho de que las transiciones digital, ecológica y demográfica marcan un reto a las administraciones e impulsarán, de manera inevitable, la adaptación de nuestros sistemas de empleo. Un mandato que llevará hacia un modelo en el que, utilizando los medios tecnológicos que ya están a disposición de las administraciones, ponga a las personas en el centro de las políticas con el objetivo de adaptar sus conocimientos y aptitudes a las necesidades de las empresas.
El Congreso ha posibilitado una reflexión, en la que han coincido todos los expertos, instituciones y agentes convocados y que es una de las líneas estratégicas del departamento y el gobierno en su conjunto. Los sistemas de empleo deben incorporar la visión compartida y el trabajo en red, con la creación de una gobernanza colaborativa que permita construir un nuevo modelo para que cada persona, independientemente de sus conocimientos o de su situación personal, tenga la posibilidad de una oportunidad de desarrollo profesional.
Alfonso Gurpegui, director de Empleo e Inclusión ha resumido en la última intervención del evento las conclusiones y ha insistido en la disposición del gobierno en la escucha. Una de las ideas fuerza del Congreso ha sido la necesidad de situar en el centro de las políticas a la persona y reforzar un seguimiento más personalizado para asegurar una mejor empleabilidad. También se ha destacado la incorporación de las competencias en la profesión y en el concepto del empleo como bien protegible.
Las instituciones participantes en el Foro ha expresado la necesidad de que el sistema de empleo dialogue y coopere con los servicios sociales o con los responsables de la educación. Y, por último, se ha marcado como meta reforzar el papel fundamental de la empresa como generador de empleo y como espacio formativo.
